A tal efecto, rosario3.com, consultó a Leonardo Jurado Pro Secretario de la Comisión Directiva del Colegio de Farmacéuticos, profesional que dio a conocer los resultados del trabajo: “lo que nosotros hicimos”, comenzaba diciendo Jurado, “fue extrapolar lo que viene pasando a nivel nacional y lo que leemos en algunas publicaciones, las que muestran que, dentro de los medicamentos más prescriptos, están los ansiolíticos como primera elección, como son el alprazolam y el clonazepam.

Ante este fenómeno, hicimos una investigación a nivel local, en el área del colegio, que abarcó a las farmacias de Rosario y zona de influencia, para cotejar cuál era el comportamiento en nuestra zona.

Para poder realizar este trabajo tomamos los convenios que tiene nuestro Colegio con Obras sociales o pre Pagas de distintos grupos de profesionales. Lo que nosotros hicimos fue comparar las prescripciones del año 2019 con las del 2020 y con las del 2021. Para tal fin, tomamos los meses de junio, julio y agosto de los tres años. Estos son los meses en que más se prescriben este tipo de psicofármacos que se usan para los estados de ansiedad y para conciliar el sueño. Pudimos observar que entre el 2019 y el 2020 las prescripciones de estos productos se incrementaron en un 10%. En cambio, entre 2020 y 2021, el incremento fue del 30%.

Medido en unidades, vemos que en el año 2019 se dispensaron unas 27.000 unidades de clonazepam y unas 10.000 de alprazolam, las que suman entre ambas 37000 unidades. En cambio, en 2021 se dispensaron alrededor de 60.000 unidades.

A su vez, hicimos un trabajo con las droguerías, que son los proveedores mayoristas de medicamentos de las farmacias; en ellas pudimos ver que se incrementaron los fármacos de venta libre, que son los que no requieren ser prescriptos por el médico; entre ellos la melatonina que incrementó su venta en un 35%.

La primera conclusión es que estos incrementos tienen directa relación con los fenómenos psico emocionales producidos por la pandemia.

Además, y como dato adicional, pudimos ver que en algunos convenios hubo comportamientos particulares; por ejemplo, en Obras Sociales de personal de algunas profesiones, cuyos profesionales no están dentro de los grupos de atención de la salud, o sea, no ejercen profesiones de riesgo, la prescripción y el consumo de estos productos disminuyó. Se trata de profesionales habilitados para volver a trabajar con los cuidados necesarios. Acá lo que se puede deducir es que la vuelta al trabajo no inducía a esos profesionales a consumir productos para la ansiedad o para conciliar el sueño.

Es necesario que aclaremos que estos productos, salvo los de venta libre, se deben prescribir mediante receta, quedando en la farmacia, la receta archivada.