Los pacientes con enfermedades oncohematolológicas como las leucemias reclaman que no se dilate su acceso a las vacunas contra el coronavirus, sobre todo los que deben continuar con tratamientos para controlar su enfermedad, y la Asociación Leucemia Mieloide Argentina (ALMA) recomendó determinar en conjunto con el médico tratante si se tiene indicación de vacunas.

En el marco del Día Mundial del Cáncer de la Sangre, que se conmemora este viernes 28 de mayo, ALMA valora la inclusión de los enfermos oncológicos entre los grupos con prioridad de vacunación.

Los cánceres de la sangre, a los que técnicamente se los denomina enfermedades oncohematológicas, son fundamentalmente las leucemias, los mielomas y linfomas; extrapolando datos internacionales, se calcula que en nuestro país habría -sumadas las tres enfermedades- cerca de 20 mil nuevos casos por año, aunque está claro que se presentan en variantes muy diferentes y cada una tiene múltiples subtipos, que se tratan de manera distinta y presentan pronósticos también diversos.

Fernando Piotrowski, paciente y director ejecutivo de ALMA, manifestó que “reciben muchas inquietudes de los pacientes sobre si están en condiciones de recibir la vacuna o no” contra el coronavirus, y señaló que “el más indicado para determinarlo en cada caso es el médico, que conoce nuestra historia clínica. Con esa información, se definirá en conjunto si es el momento de inmunizarnos”.

Para quienes tengan indicación de vacunarse, agregó Piotrowski, “es conveniente acudir al vacunatorio con una orden médica que especifique que se está en condiciones de recibir la vacuna (documentación adicional) para neutralizar cualquier potencial inconveniente o negativa”.

En las personas con leucemia, que son las que la organización ALMA acompaña con asesoramiento, contención y empoderamiento, hay que considerar si se tiene una leucemia crónica o aguda y si es mieloide o linfocítica, porque cada una tiene tratamientos muy distintos, que actúan de forma diferente sobre el organismo y, sobre todo, sobre el sistema inmunológico.

En líneas generales, las personas con leucemias crónicas (la mieloide o la linfocítica) pueden tener bajo control la enfermedad, porque existen medicamentos que llevan a niveles indetectables la leucemia.

“Distinto es el caso de, por ejemplo, la leucemia mieloide aguda, que suele tratarse con ciclos intensivos de quimioterapia que suprimen significativamente el sistema inmunológico, por lo que -para determinar la conveniencia de vacunarse- se evaluará cada caso, en qué etapa del ciclo de tratamiento se encuentra el paciente y su estado de salud general en ese momento”, explicó María Marta Rivas, médica hematóloga, integrante del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Austral.

A priori, estos pacientes podrían vacunarse 14 días antes de la quimioterapia o mínimo 3 meses luego de finalizarla, pero igualmente es pertinente que el médico evalúe el cuadro para indicar o no la vacunación.

Para quienes por edad o por estado general de salud no tengan indicación de quimioterapia, en nuestro país hay opciones terapéuticas que reducen el riesgo de mortalidad por esta leucemia, disminuyen las visitas al hospital por el requerimiento de transfusiones, o incluso de internaciones, y extienden la sobrevida.

Tanto para los casos crónicos como agudos, e independientemente del grado de control que se haya logrado, es vital continuar con todas las medidas necesarias para evitar el contagio de Covid-19, que son conocidas por todos e incluyen aislamiento, distancia social, uso de tapabocas y ventilación de ambientes, además de las restricciones más recientes.

“Esto no significa que los pacientes se alejen de su equipo médico, ni de los controles. Más allá del estado de su enfermedad, es crítico seguir en contacto con el médico para evacuar dudas, continuar con el tratamiento indicado y no tomar ninguna decisión terapéutica sin haberla evaluado en conjunto”, puntualizó Rivas.