“La nutrición de la persona adulta mayor debe contemplar cantidad y calidad de alimentos, macronutrientes en proporción a las necesidades fisiológicas y/o patológicas, vitaminas y minerales suficientes”, señalaron en un comunicado.

También aconsejaron que mantenerse bien hidratados a través de la ingesta de líquidos en adultos debe ser de al menos 1,8 litros diarios de agua, como así también leche, jugos de frutas naturales y caldos.

Se debe garantizar esta ingesta incluso cuando no aparece la sensación de sed, algo frecuente en las personas mayores, y evitar las bebidas azucaradas, alcohol y café.

En relación al consumo de frutas y verduras, se recomienda que sean frescas, de temporada, crudas, hervidas o asadas.

También la ingesta de cereal de grano entero (integral), excluyendo las opciones refinadas, procesadas o azucaradas y legumbres que son el complemento perfecto de verduras y hortalizas, así como lácteos bajos en grasas sin azúcares añadidos; carnes sin grasas y pescados, y evitar embutidos y fiambres.

Sí, en cambio, consumir aceite, semillas y frutos secos ni fritos, ni salados, ni azucarados.

Sugirieron además, mantener niveles adecuados de vitamina D.

En las personas adultas mayores es beneficioso en la prevención de las infecciones respiratorias agudas a través de la exposición a luz solar de unos 10 a 15 minutos al menos tres veces por semana al aire libre o cerca de una ventana abierta.

También deben consumir alimentos fuente de vitamina D como, por ejemplo, lácteos y huevos.

Indicaron que “la depresión y el aislamiento social son dos factores que pueden conducir a que dejen de comer y lleguen a la desnutrición, un padecimiento que se debe evitar para que no sean vulnerables a las infecciones y a sufrir accidentes domésticos”.

La licenciada Marcela Guerrero señaló que “es importante que los adultos mayores puedan mantener la masa muscular con un adecuado consumo alimentario, realizando movimientos y ejercicios, siempre que sea posible, para mantener un estado nutricional óptimo”.

Uno de los problemas más frecuentes es la pérdida de piezas dentarias, que dificulta la correcta digestión de los alimentos, por lo que se recomienda moler la comida o realizar preparaciones blandas como albóndigas o puré, entre otras opciones.

En caso de que el adulto mayor viva solo, aconsejaron el establecimiento de una red de contención, ya sea de familiares y/o vecinos o amigos que puedan ayudar a estas personas a realizar las compras, cocinar o llevarles sus alimentos ya preparados, y asegurarse que realice una alimentación e hidratación satisfactoria de unos ocho vasos de agua por día.