La tarea conjunta de más de mil investigadores permitió analizar y secuenciar cerca de 2700 genomas completos de 38 tipos de tumores, lo que dio como resultado la imagen más detallada del cáncer obtenida hasta la fecha.

Hasta ahora se decía que el cáncer era como un rompecabezas de 100.000 piezas de las cuales faltaba el 99%. Ahora esto empieza a cambiar, porque esta investigación abrió el camino para crear tratamientos a medida del tumor específico de cada paciente. Además se podrán diseñar pruebas para detectar el cáncer mucho antes de lo que se lo detecta en la actualidad, según consignó la BBC a partir de la publicación de la revista Nature.

Hizo falta más de una década de investigación de equipos científicos en 37 países para conocer algo más de esta enfermedad de la cual solo se sabía el 1% del genoma. Ocurre que el cáncer es extremadamente complejo, con miles de combinaciones diferentes de mutaciones capaces de causarlo.

Nuestras células todo el tiempo sufren miles de millones de mutaciones, pero solo un pequeño número de estas mutaciones dan origen a un cáncer que una vez que aparece, se multiplica de forma descontrolada. El estudio logró dar con una de ellas que se da en el 95% de los casos, lo que podría dar lugar a un novedoso tratamiento que haría a la quimioterapia más efectiva y con menos efectos adversos, ya que se dirigiría específicamente a las células comprometidas.

El estudio reveló que los tumores contienen entre cuatro y cinco mutaciones fundamentales que impulsan el crecimiento del cáncer, pero que a la vez son potenciales puntos débiles que pueden ser explotados por tratamientos que los ataquen.

"En última instancia, lo que queremos hacer es usar tecnologías para identificar tratamientos diseñados para cada paciente", explicó Peter Campbell, del Wellcome Sanger Institute. No obstante, en el 5% de los tumores analizados, no se encontraron pistas de las mutaciones que causaron la enfermedad, lo que da cuenta de que se requiere de mucho más trabajo.

Por otro lado, los científicos desarrollaron una forma de determinar la antigüedad de las mutaciones, y descubrieron que más de un quinto se produjeron años o incluso décadas antes de que se detectara un tumor. El desafío será ahora reconocer cuáles de esas mutaciones darán lugar a un cáncer, y cuáles no son relevantes, lo que permitiría diagnosticar la enfermedad con años de antelación.