Alexandra Kerlidou es una joven de 21 años que tiene parálisis cerebral y no puede usar sus manos ni hablar, aunque no por eso se ve imposibilitada de hacer una de las cosas que más ama: dedicarle tiempo a la música.

Sentada en su silla de ruedas en un anfiteatro en Atenas, Grecia, la estudiante toca el arpa con solo el movimiento de sus ojos, mediante un software digital llamado Eyeharp que le permite a las personas con discapacidad tocar música usando su mirada.

"Me sentí extraña, nunca me había imaginado algo así", confesó Alexandra, quien también usa un programa informático generador de voz, sobre la primera vez que trabajó con el Eyeharp y el creador Zacharias Vamvakousis.

Alexandra Kerlidou junto a una orquesta. (Reuters)

La inspiración de Vamvakousis, científico informático y músico que creó el programa, surgió después de que un amigo músico resultó herido en un accidente de motocicleta poco antes de que tocaran juntos en un concierto.

"Al principio no estaba claro si sería capaz de mover los brazos, las manos y volver a tocar", recordó Vamvakousis sobre su amigo, que tocaba la lira de Creta. "Me impactó y me di cuenta de la necesidad de este tipo de tecnología", aseguró.

Cómo funciona Eyeharp


La tecnología de seguimiento ocular digital, que se utiliza ampliamente para juegos, seguridad y medicina, sigue los movimientos oculares para ejecutar comandos.

El ojo se posa en cada nota musical espaciada en una rueda en la pantalla y, en promedio, puede tocar de tres a cuatro notas por segundo. El programa puede "tocar" 25 instrumentos musicales.

"Sin hacerlo digitalmente, nunca sería posible reproducir música en tiempo real", declaró Vamvakousis. "Elimina la acción real de rasguear un acorde".

El programa necesita disciplina y concentración, afirma, ya que hay que evitar que los ojos se desvíen demasiado rápido a la siguiente nota.

"La mayoría de los niños comienzan con el sonido de la batería sólo para hacer ruido, sólo para interactuar con el entorno en este momento", dijo Vamvakousis, agregando que los estudiantes se emocionan cuando escuchan las primeras notas.

Según precisó el creador del sistema, ya hay más de 2.000 personas que lo descargaron. 

Actualmente, Vamvakousis enseña a utilizar el programa mediante clases en línea por la pandemia, en su mayoría a niños con parálisis cerebral. Pero el programa también apunta a aquellos con distrofia muscular, amputación de extremidades, cuadriplejía o lesión de la médula espinal.

"Yo lloré y su madre también lloró", confesó Anastasios, padre de Kerlidou, después de que su hija tocara por primera vez el Eyeharp.

A Alexandra, que quiere trabajar en programación de computadoras después de terminar la escuela, le gustan las canciones populares griegas y el piano, y no podía imaginar la vida sin música. "Cuando estoy triste o feliz, pongo música", dijo.