Siempre, durante todos los días del año, debemos preocuparnos por mantener nuestra piel del rostro hidratada, ya que al hidratar la piel la mantenemos más protegida de los contaminantes ambientales y de las alergias, es decir, ejerce mucho mejor su función de barrera protectora.

Sin embargo en verano hay que hidratarla aún más, con productos más acuosos y una mayor cantidad de veces, ya que los hidratantes se eliminan con facilidad con la transpiración.

 

Cuando hablamos de cosmética, existen 3 grandes tipos de pieles en las que se agrupan todas ellas: pieles secas, pieles mixtas y pieles grasas. No obstante, a lo largo de la vida de una persona, el tipo de piel no es estático.

Este puede variar según los cuidados que se le dediquen. Además de los hábitos de vida, la alimentación o la genética, hay otros muchos más factores que también afectan a la hora de explicar por qué se tiene un tipo de piel u otro. Si ya sabes cuál es el tuyo, la siguiente duda es: ¿cómo protegerla para que siempre luzca bien?:

 

1- Piel seca

 

Si siempre sentiste que a tu piel le faltaba hidratación y tendía a agrietarse, tu piel es entonces seca.

Este tipo de pieles en general son pálidas y se suelen caracterizar porque sus poros son pequeños y su aspecto es quebradizo, algo que se observa con mayor facilidad con el paso de los años. Sus peores enemigos son el frío, el viento y el sol.

Tiene una textura áspera. Esto ocurre por una disminución de las ceramidas y del sebo de la piel, lo que lleva a una alteración de la barrera cutánea y a una evaporación del agua.

 

Tips:

- Podés ayudar a la piel desde el interior siguiendo una dieta saludable y bebiendo 2 litros de agua al día.

- Utilizar siempre cremas de día con factor de protección solar para proteger la piel de la radiación UV.

- Los sérums son el complemento perfecto para la crema hidratante.

- Usar cremas ultra-hidratantes con nutrientes intensivos y calmantes, enriquecidos con aceites naturales y sobre todo, una máxima hidratación para dejar una sensación de flexibilidad y suavidad que ayuden a aliviar y relajar la piel.

 

2- Pieles Grasas

 

Si por el contrario tu piel es más gruesa y al tocar tu rostro sentís una capa aceitosa, tu piel es grasa.

Son las más duras, y en ellas la actividad de las glándulas sebáceas es mayor. El tono de piel siempre es más apagado que los otros tipos de pieles.

Este tipo piel puede o no estar acompañada de acné. Cuando esto se vuelve un problema, existen tratamientos como el peróxido de benzoilo o los antibióticos, que siempre tienen que ser indicados por un dermatólogo. Mientras que cuando no hay acné, lo ideal es utilizar retinoides (vitamina A) o agentes tópicos como los hidrogeles y los talcos.

 

Tips:

- Asegurarse de limpiar y desmaquillar el rostro cada noche para no tapar los poros

- Regalarle al rostro un extra de cuidado con una exfoliación suave y una mascarilla facial una vez a la semana

- ¡Resistirse a la tentación! No tocar los granitos ni los puntos negros

- Utilizar un producto de cuidado facial matificante: así se hidratará el rostro sin provocar brillos.

- Evitar todas aquellas cremas que puedan dejar cualquier tipo de residuo grasiento sobre la piel. Elegir cremas hidratantes ligeras y de rápida absorción, siempre en formato loción o gel.

 

3- Pieles normales o mixtas

 

Pero si tu piel parece a primera vista normal y tiene zonas en las que es más grasa como la nariz o la frente y también es seca en otras áreas, tu piel es entonces mixta porque contiene características de la piel seca y de la piel grasa.

Las pieles normales son las más equilibradas y resistentes. Sus poros apenas son visibles y su aspecto es suave y aterciopelado.

 

Tips:

- Limpiar la piel en profundidad antes de aplicar los productos de cuidado facial.

- Utilizar agua tibia en lugar de agua muy caliente o muy fría.

- Aplicar una crema hidratante regularmente (es suficiente usar una cantidad del tamaño de una avellana).

- Utilizar siempre productos para piel mixta: cremas hidratantes ligeras y sedosas que mantengan el equilibrio en la piel y que aporten una sensación de frescor e hidratación.

 

Para lograr un cutis envidiablemente liso, suave y parejo como todas deseamos, hay que cuidarlo siguiendo estos tips sencillos, que requieren disciplina y constancia.