El auge de la comida healthy ha sido el primer paso para llevar una vida más saludable y más respetuosa con el medio ambiente. Cada vez más personas no se fijan únicamente en lo que ingieren, sino que también ponen el foco de atención en lo que se ponen. Y esta tendencia ha irrumpido con fuerza en la belleza.

Poco a poco, el mundo de la cosmética también se está sumergiendo en el universo orgánico, natural y vegano, en línea con la popularidad de los movimientos ambientalistas y de protección animal alrededor del mundo.

Pero hay muchas cuestiones que hay que tener en cuenta:

 

- Los cosméticos naturales no deben tener siliconas, conservantes, colorantes artificiales, parabenos, ingredientes de origen animal ni óleos minerales y deben contener una mayor proporción de materias primas naturales, sin la necesidad de que sean orgánicas.

- Los productos orgánicos para el cuidado de la piel o el cabello deben contar con un 95% de materias primas orgánicas en relación a la cantidad total de materias primas naturales utilizadas en la formulación. La cosmética orgánica procede de materias primas que pasaron por un proceso de producción libre de agrotóxicos o fertilizantes.

- Los cosméticos y productos veganos no tienen ingredientes de origen animal ni pueden ser probados en animales. Suelen pertenecer a marcas  que apoyan al sello cruelty free y que no testean en animales ni utilizan derivados de animales, como la leche, la cera de abeja, el colágeno o la gelatina.

 

Las soluciones naturales y sustentables son, sin duda, valoradas por una gran parte de consumidores de la industria del cuidado de la piel y el cabello. Por lo tanto, las marcas de higiene y belleza necesitan materias primas básicas, como surfactantes y emolientes, aditivos e ingredientes activos que provienen de recursos renovables, son biodegradables y ecológicos y evitan un impacto ambiental y social negativo.

 

¡Se trata de cuidarse más y de paso cuidar el medio ambiente!