El aceite seco es uno de los secretos de belleza más conocidos de las modelos, celebrities e influencers, y, sin embargo, todavía existe gente que muestra reticencias a utilizarlo. Tal vez el término “aceite” les lleva, erróneamente, a pensar que su piel se volverá grasa o que el producto obstruirá sus poros. Nada más lejos de la realidad.

Los aceites secos se utilizan para el rostro, piel y cabello y tienen un alto contenido en ácidos grasos esenciales, vitaminas y principios activos que ayudan a hidratar, nutrir y reparar la piel. En muchas ocasiones los aceites secos son multiusos, se absorben muy rápido y no dejan residuos en la piel.

Rostro

Su capacidad para hidratar, nutrir y regenerar es sumamente poderosa. Aporta un efecto jugoso muy glow que no pasa desapercibido. Unas gotas de aceite seco en la crema o en la base de maquillaje actúan como booster que sumará el poder nutritivo de sus vitaminas y antioxidantes.
 

Cuerpo

Como los faciales, los aceites corporales dejan la piel más hidratada y nutrida, por lo tanto, más flexible y elástica. Pueden incluso llegar a mejorar y eliminar cicatrices y estrías. No dejan la sensación grasienta, ni son pegajosos, son de rápida absorción, por lo que no impiden vestirse y no manchan la ropa.

Pelo

El aceite seco tiene respuesta para todos los daños que recibe la fibra capilar. Si se trata de un spray, lo podés rociar por todo el pelo o solo por las zonas implicadas; también lo podés mezclar, si viene en gotero, con un bálsamo o acondicionador para el pelo para crear un tratamiento capilar intensivo.

El valor añadido que proporcionan los aceites secos es su aroma, ya sea ligeramente perfumados, o con más intensidad.

Secretos para una piel radiante:

Si aplicás los aceites secos en tu piel, son más efectivos después de bañarte y a la noche, ya que la dermis suele regenerarse mientras dormimos.

El hecho de que sean aceites secos no significa que hidraten menos, además humectan la piel y la dejan mucho más suave.

Existe una gran variedad de aceites secos, los más comunes incluyen almendras, macadamia, argan, semillas de uva, naranja, avellana y vitamina E.
 

¡Sumalos a tus rituales de belleza!