Para algunos el acercamiento a la cultura árabe ya es más que suficiente para poner en la lista de deseos viajar a Marruecos, a fin de cuentas esta ciudad no deja de ser la puerta de entrada desde el norte al continente africano y tiene mucho que ofrecer y por descubrir, al tiempo que resulta una manera perfecta de alejarnos de los tópicos y de las ideas preconcebidas. Los tours a Marruecos, además, serán capaces de ofrecer otra perspectiva, con un contexto, con una base histórica y, por supuesto, destacarán las cosas que no deben faltar a la hora de visitar o por hacer una vez que se está allí.

Sus Mezquitas, los baños públicos llamados Hammam o las Medinas serán algunos de los motivos por los que lanzarse a la aventura de descubrir un lugar completamente diferente a lo que ya se conoce, pero para quienes aún tengan dudas he aquí una lista de los motivos principales por los que en las próximas vacaciones Marruecos debe ser la opción a elegir.

- La cultura. Algo que resulta de lo más llamativo es sin duda la cultura en Marruecos. Tal vez en el sur de la Península aún se pueden apreciar algunas semejanzas con españoles y latinos, sobre todo en lo que se refiere a la parte arquitectónica y a la huella que dejaron los musulmanes pero, aún así, las diferencias culturales son notables y puede ser de lo más interesante el descubrir un lugar distinto.

- Las Medinas. Y, en concreto, la Medina conocida como Djemaa el-Fna en Marrakech. Pocas cosas aproximan más a la cultura de este lugar a los turistas que sus zocos y mercados. Aquí lo que se puede ver es todo un espectáculo que comienza desde las 8 de la mañana con sus vendedores de zumo de naranja recién exprimido pero, por supuesto, es mucho más que eso. A partir de aquí todo lo que uno puede tener en mente sobre un mercado local se hace realidad y es así como se verá envuelto por música, monos, encantadores de serpientes, malabaristas, artesanos y comida, mucha comida a degustar. A lo que sí que hay que estar atento es al hecho de que la mayor parte de los vendedores tratarán de hacer negocio a toda costa. Negociar es casi la moneda de cambio y para evitar malentendidos mejor no aceptar ninguno de sus regalos porque casi con toda seguridad estarán esperando algo de dinero a cambio. 

- La gastronomía. Es cierto que en Argentina y gran parte de latinoamérica se puede encontrar una amplia gastronomía que hace las delicias de casi todos los turistas que visitan el país pero hay que estar muy atentos a Marruecos en este sentido porque, pese a no tener nada que ver, a buen seguro que se dará con algún que otro plato que se querrá seguir comiendo a la vuelta de las vacaciones, no por menos en Marruecos se puede dar con una de las gastronomías más completas de todo el mundo. Aunque hay mucho por degustar lo que seguro que no puede faltar es el Tajín que no deja de ser un estofado de carne (normalmente de cordero, pero puede ser también de pollo) que se presenta sobre un plato de barro que guarda el calor por más tiempo.

- Pasar una noche en el desierto. Para esto, lógicamente, lo que debe hacerse es contratar un tour y contar con gente local porque las dunas, al poco tiempo, acaban por parecer las mismas las unas respecto a las otras. El desierto del Sahara espera y es también una ocasión perfecta para poder recorrerlo a lomos de un camello.

- Casablanca. Sí, es cierto que esta ciudad es la más occidentalizada que se puede encontrar en Marruecos pero no por ello debe eliminarse del itinerario. Es aquí donde la manera de vestir no se ve tan condicionada por su cultura y religión y donde pueden encontrarse cadenas de restaurantes americanos pero es también aquí donde se encuentra la Mezquita Hassan II la cual es la única que puede recorrer un turista no musulmán por su interior. Se calcula que este lugar puede dar cabida a unas 90.000 personas.

- Hammam. O lo que viene siendo un baño marroquí que para ellos es más bien como un punto de reunión con otros miembros de la comunidad. Aquí uno puede desconectar y relajar cuerpo y mente de la mano de estos baños a vapor que se asemejan bastante a los que podemos identificar como baños turcos. Una de las cosas más destacadas de estos lugares es, sin duda, su parte arquitectónica que no deja indiferente a nadie siempre atentos a todos y cada uno de los detalles. Los precios pueden variar mucho pero, por lo general, se pueden encontrar para todos los bolsillos, desde los más básicos a los que son a todo lujo.