El máximo emblema de Rosario Central en el mundo es, hoy por hoy, Ángel Di María. Auténtica creación de las divisiones inferiores auriazules, Fideo se mantiene en la elite del fútbol mundial desde hace muchos años y su talento forjado en el club de Arroyito descolló en Portugal, España, Inglaterra y en cada lugar que vistió la camiseta argentina. El sitio oficial de la institución publicó una extensa entrevista con Angelito en la que recordó sus primeros partidos, contó anécdotas con hinchas canallas por el mundo y ratificó su idea de regresar para retirarse en Central.

El recuerdo de Don Ángel. “Uno cuando empieza a triunfar, a llegar lejos, siempre se acuerda de cuando era chico. Puntualmente me acuerdo ahora de un partido en el que le ganamos 3 a 2 a Paulo VI en Cosecha y yo hice los tres goles. Justo ese partido estaba viéndolo Don Ángel, ya que muchas veces iba a ver los encuentros de Rosarina. Fue el día en que me saludó por primera vez y me felicito por lo que había hecho”.

Àngel y Angelito. “De ese partido en el cual me encontré con Don Ángel, a mi debut en primera con él, pasaron dos años y creo que son cosas que pasan porque te tienen que pasar.” Su estreno en la máxima categoría fue justamente con Zof como DT, el 14 de diciembre del 2005, contra Independiente en condición de visitante (2-2).

En la Ciudad Deportiva, lugar emblemático de las Inferiores Auriazules si los hay, un cartel que lleva su foto busca motivar a los juveniles que hoy están transitando el camino que él ya recorrió. “Cuando uno es chico le gusta reflejarse en jugadores que han triunfado y me llena de orgullo que en este momento yo sea el que está en ese cartel y que los chicos puedan ver en mí un futuro o inspirarse para llegar a algo grande”.

Sueños. “Cuando uno es chico, sueña mucho. Es difícil poder cumplir esos sueños, porque no todos consiguen llegar, es la verdad. Tuve la posibilidad de haber jugado varios partidos con Central y haber ido a un Sudamericano Sub 20; después al Mundial, donde empecé como suplente y terminé de titular, lo que me dio la posibilidad de poder saltar a Europa. Antes de eso, tuve a un entrenador como (Carlos) Ischia, que me puso a jugar y me dio continuidad para llegar a ese Mundial y cumplir nuevos objetivos”.

Espejado en el Kily. “Siempre mí ídolo fue el Kily (González) y me refleje en él, por su carácter, su forma de jugar, agresividad y por correr siempre en la banda izquierda, que es mi posición. Gracias a él y a cosas que aprendí en Central fui creciendo y haber llegado a la selección mayor, fue el logro máximo que pensé desde chico”.

La pasión de Ángel. “La pasión que se ve normalmente cuando juega Central. A los españoles que están conmigo en Manchester les muestro los videos que sube la gente, de cuando entra Central a la cancha; no lo pueden creer y me dicen «¡que loco que es!». Le he mostrado muchos videos a (Ander) Herrera, que muchas veces dice que le gustaría jugar en el fútbol argentino, por lo que es la pasión, los hinchas. Aunque no es fácil que un jugador europeo vaya a la Argentina”.

Seguir al Canalla. “No es fácil porque uno tiene que adaptarse. Hay algunos partidos que se juegan tarde, cuando acá son las 2 de la mañana, pero uno hace el esfuerzo por Central. Me levanto o me quedo despierto para ver los partidos. No queda otra, es la vida que me tocó a mí y a mucha otra gente que no es futbolista, pero que vive en otros países”.

“Lo vivo diciendo y todo el mundo ya lo sabe. El sueño de todos en Argentina es poder ir a Europa y el mío es volver a vestir la camiseta de Central. Muchos, a veces, me preguntan ¿y por qué no volvés? No es fácil tomar la decisión porque uno tiene una familia y tiene que trabajar para cuando termine la carrera, tratar de estar bien y mantener la familia en el mismo nivel de vida. Esa es la diferencia por la que uno no vuelve rápido, pero es obvio que me quiero retirar en Central, volver a jugar y vestir su camiseta”.

Teléfono abierto con el Chacho. “Veo todos los partidos, hablo con el Chacho casi siempre y me pone muy feliz que Central esté como está en este momento. Cuando hablaba con Coudet antes de que agarre, le tenía mucha fe por como es, porque sabía que iba a armar un lindo grupo y fue lo que hizo. A uno le dan ganas de volver con todas esas cosas y más como está Central jugando bien, ganando partidos y haciendo las cosas como se debe”.

En todas partes. “Dos partidos atrás, jugando de local con el Manchester, había dos locos que no sé de donde salieron, con la camiseta de Central. Eran rosarinos, tenían un cartel que decía «hicimos miles de kilómetros» y me gritaban. Entonces me acerqué y les tiré el buzo de entrenamiento cuando estábamos calentando. En Madrid me encontraba a muchos más canallas que acá, pero es normal porque en Inglaterra no hay muchos argentinos trabajando”.