Era un secreto a voces y el Chacho lo confirmó: se va. Eduardo Coudet anunció este jueves, luego de otra derrota en una final de Copa Argentina, que decidió “dar un paso al costado” y poner fin así a un exitoso ciclo al que sólo le faltó un título.

“Ya hablé con los directivos, con los jugadores, he decidido dar un paso al costado. Soy una agradecido a este club, que me dio esta posibilidad. Me dio todo. Pasamos dos años muy buenos de trabajo. Nosotros también dejamos todo, teniendo la familia lejos”, expresó el entrenador.

“Le pido perdón a la gente de Central de no poder cerrar esto coronándolo. Es una frustración porque creíamos que llegábamos en buena forma”, lamentó.

Coudet analizó la derrota con River y dijo: “Es difícil de explicar, hicimos un gran partido contra un gran rival. En dos jugadas se nos da vuelta el partido. Nos gustaría estar en igualdad de condiciones, puede ser que haya sido penal también el de Teo. Pero ya no podemos cambiar la historia”.

Sólo faltó una vuelta

De aquella chomba negra ajustada (luego otra con cuello de jean) a esta versión de traje que mostró en Córdoba, han pasado muchas cosas en la carrera de Coudet como DT. El Chacho vive (¿vivió?) en Central su primera experiencia al frente de un equipo de primera división. Y pese a la derrota, dolorosa, lacerante, condujo un ciclo muy bueno que le abre las puertas a un futuro venturoso. Lejos de Arroyito.

Desde que se hizo cargo del conjunto canalla a inicios de 2015, su Central vivió peleando todo lo que jugó. Por esta noche y por la del año pasado, le quedará un sabor amargo que ya no podrá superar. Y desafortunadamente, su trabajo de confección de un equipo y de promoción de grandes valores, no será reconocido como debería por una sociedad futbolera en la que sólo importa la foto de campeón.

Coudet le dio a Central una identidad que pocas veces había tenido en los últimos años. Sus distintas versiones de equipo tuvieron siempre características ofensivas, tuviera los intérpretes que tuviera. Le dio alas a pibes como Cervi, Montoya o Lo Celso, que depararán millones para la tesorería, pero pagó muy caro, esta vez, el flojísimo nivel de la defensa que debió armar sin Donatti, Pinola ni Álvarez. La última línea, esta noche, fue un desastre.

Desde que quede liberado de su compromiso con Central, Coudet será un nombre codiciado por clubes grandes como River o San Lorenzo, por los que pasó alguna vez como jugador y que serán seducidos por su impronta como DT. Ya sin el desafío de volver a jugar la Libertadores, el desgaste de estos dos años y la imposibilidad de reforzar con creces el plantel (más la partida de Lo Celso) seguramente provocarán su alejamiento del Canalla.

Con apenas 42 años, el Chacho se destaca como uno de los técnicos más capaces de la camada joven que trabaja en el país y que integra junto a Gallardo, Barros Schelotto, Vivas, Méndez o Cocca, a los que tranquilamente se los puede imaginar en un futuro cercano desempeñándose en el exterior (como Almeyda) y hasta imaginarlos alguna vez sentados en el banco de la selección. Esta noche, a Coudet le faltó rendir la materia que necesitaba para darle otro fuerte impulso a su carrera. Probablemente lo logre más adelante, pero ya lejos del calor que le dieron los hinchas de Central.