La importancia de la educación emprendedora en niños de primaria

Fomentar el espíritu emprendedor desde la infancia: clave para un futuro financiero sólido y habilidades personales en los niños

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En el mundo actual, son escasos los programas de emprendimiento que se pueden aplicar desde la niñez, lo que resulta en que la mayoría de las personas se gradúen de la escuela sin los cimientos financieros necesarios. Esto se debe en parte a que el emprendimiento es un tema emergente y no se han encontrado teorías concretas para su educación.

Sin embargo, es crucial estimular el espíritu emprendedor en los últimos años de la educación primaria, ya que esto proporciona a los niños habilidades personales que les serán de utilidad en su vida adulta. Además, en un mundo cada vez más globalizado y competitivo, los niños son quienes necesitan más atención y oportunidades.

El desarrollo de habilidades emprendedoras desde una edad temprana tiene numerosas ventajas, como el fomento de habilidades emprendedoras, la capacidad de enfrentar riesgos y la independencia en el trabajo. Además, promueve el desarrollo social y económico a nivel local y nacional.

¿Cuáles son los beneficios que puede aportar la educación emprendedora en los niños de primaria?

Antes de explorar los beneficios de los programas de educación emprendedora en los niños, es importante comprender algunos conceptos clave relacionados con el tema. En primer lugar, un emprendedor es una persona capaz de detectar oportunidades y posee las habilidades necesarias para desarrollar un nuevo concepto de negocio. Es alguien que tiene la capacidad de enfrentar problemas y aprovechar sus capacidades y recursos disponibles, gracias a su autoconfianza.

En segundo lugar, debemos entender el concepto de educación, que abarca una amplia gama de medios a través de los cuales se transmite el conocimiento, los valores y las especializaciones, y se modifican los patrones de comportamiento (Naciones Unidas, 1968). A partir de estas definiciones, podemos hablar sobre la educación emprendedora, que no tiene una definición única o concreta. Sin embargo, el Global Entrepreneurship Monitor la define como: "la disciplina que engloba los conocimientos y habilidades 'sobre' o 'con el fin de que' el emprendimiento, en general, sea reconocido como parte de los programas educativos correspondientes a las enseñanzas primaria, secundaria o terciaria en las instituciones educativas oficiales de cualquier país" (Conduras et al., 2010).

Rompiendo paradigmas y fomentando la autonomía

A menudo escuchamos frases como "estudia, ahorra, compra una casa, cásate", pero ¿es realmente eso lo que queremos? Los niños suelen recibir una visión limitada de la realidad y creen que eso es todo lo que pueden esperar. También adquieren actitudes y formas de comportamiento transmitidas por sus mayores, sin considerar sus propios gustos y habilidades. Esto forma parte de la historia de cada individuo. En muchas ocasiones, se espera que los niños sigan carreras profesionales predefinidas por los adultos, sin tener en cuenta sus verdaderos intereses y potenciales. Además, la palabra "trabajo" a menudo está asociada con aspectos negativos, ya que los niños observan a sus padres llegar cansados y de mal humor después de trabajar. Esto lleva a la conclusión de que el trabajo es algo desagradable y que no desearían realizar cuando sean adultos. Las escuelas, en lugar de fomentar el espíritu emprendedor, a menudo están diseñadas para producir buenos empleados en lugar de buenos empleadores. Por lo tanto, es importante fomentar actitudes y habilidades emprendedoras en los niños desde una edad temprana, para que puedan encontrar satisfacción en su trabajo futuro y desarrollar sus capacidades, evitando así la frustración de no poder realizar sus verdaderos sueños.

El poder del ahorro y la importancia de la educación emprendedora

Muchas personas no comprenden que en la vida no se trata solo de cuánto dinero ganas, sino de cuánto dinero ahorras (Kiyosaki, 1997). Si se educa a los niños para que comprendan la importancia del ahorro, podrán entender que una moneda ahorrada y posteriormente invertida puede generar más dinero. Esto inculcará en ellos el hábito de invertir en algo que les guste. Es necesario crear conciencia sobre la importancia del ahorro y la educación emprendedora, ya que a menudo nos enfocamos únicamente en la palabra "educación" y no consideramos el término "educación emprendedora" (Kiyosaki, 1997).

Diferentes enfoques de la educación emprendedora

Existen dos enfoques principales de la educación emprendedora: el enfoque "utilitarista" y el enfoque "social". El enfoque utilitarista se centra en enseñar una formación específica para crear una nueva empresa, y suele ser utilizado por instituciones y organizaciones financieras del sector privado. Por otro lado, el enfoque social asigna a la educación emprendedora un objetivo más amplio, que incluye el desarrollo de atributos personales y competencias transversales que serán útiles para el individuo en todos los aspectos de su vida. Es importante dejar de ver el emprendimiento únicamente como algo financiero y abrir la perspectiva hacia el ámbito social y humanista, donde el emprendimiento puede ser utilizado para ayudar a los demás y tener un impacto positivo en la sociedad.

Beneficios y valores promovidos por la educación emprendedora

La educación emprendedora en la escuela primaria promueve una serie de beneficios y valores tanto a nivel personal como social. Algunos de los valores personales fomentados son la creatividad, autonomía, confianza en uno mismo, tenacidad, sentido de responsabilidad y capacidad para asumir riesgos. A nivel social, se fomentan el liderazgo, el espíritu de equipo y la solidaridad. La educación y capacitación en emprendimiento desempeñan un papel clave en el desarrollo de aptitudes y competencias, estimulando el potencial de innovación de los estudiantes y ayudándolos a adaptarse a los cambios.

En definitiva, la aplicación de programas de emprendimiento en el nivel básico son fundamentales para fomentar la cultura emprendedora en los niños. Sin embargo, se sugiere que además del enfoque financiero, se integre el enfoque social, ya que es importante educar a los niños en valores altruistas y humanos. Es necesario promover la formación de personas con carácter y criterio propio para construir una niñez más próspera, capaz y, sobre todo, más feliz. Para lograr esto, es necesario adaptar los programas a las necesidades culturales de cada comunidad escolar. Cada escuela tiene diferentes necesidades y todos los niños merecen tener la oportunidad de participar en programas de educación emprendedora para desarrollarse como personas y tener esperanzas de un futuro mejor para ellos y sus familias. Al ser emprendedores, también contribuirán al avance de la sociedad.

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