Cualquier transeúnte que camine por calle Salta al 2100 en Rosario puede observar el cambio de fisonomía desde abril pasado, mes en que comenzaron las excavaciones en el terreno donde hace 10 años sucedía la tragedia que se llevó a 22 personas. Durante esta década se pudo ver en el cantero del frente al ejemplar de jacarandá rodeado de una placa de hierro que los familiares y vecinos colocaron. La placa reza: “Sigo de pie en memoria de las 22 víctimas, exigiendo justicia”.

Durante todos estos años aquel árbol dejó de ser solamente un ejemplar de planta nativa de esta región, para ser símbolo del “resurgimiento” como “sobreviviente natural” y recordatorio físico de esa, la peor tragedia de la ciudad. Esas palabras están mencionadas en el pliego donde se encuentran las condiciones que deberá cumplir la empresa constructora Depaoli & Trosce en esta primera etapa de obra.

“El contratista debe asegurar y proteger el jacarandá, árbol que se encuentra frente al predio. Este árbol es el natural sobreviviente de la tragedia, y es el símbolo del resurgimiento. Debe ser preservado para su puesta en valor posteriormente”, reza el párrafo en el pliego de especificaciones técnicas que emitió la Dirección Provincial de Arquitectura (DIPAI) dependiente de Infraestructura del Gobierno Provincial.

El árbol se encuentra dentro del cerco de la obra, entre el ingreso y una casilla de resguardo de los empleados. Al perderse el uso de la vereda durante la obra, fue colocada una pasarela por fuera para los transeúntes pedestres y la línea de edificación va al ras de la vereda, no tiene retiro hacia adentro.

En otro fragmento del pliego, la Dipai exige que "se deberá realizar un cerco de protección alrededor del Jacarandá que se encuentra en la vereda. El mismo se ejecutará en multilaminado fenólico hasta la altura de 2.40m".

Días atrás llegaron imágenes a Rosario3 sobre la obra, en las que se observaba que el árbol no había sido rodeado con un cerco de fenólico, aunque este domingo en que se cumplen los 10 años de la tragedia, se pudo comprobar que en los últimos días fue colocado el cerco.

El cumplimiento del resguardo del árbol por parte de la empresa se cumplirá a rajatabla durante la obra, ya que la obra es custodiada por la inspectora Agostina Montefusco, quien además de arquitecta es hija de Hugo, uno de los 22 fallecidos en el estallido diez años atrás. Para ella realizar su inspección es “un orgullo y un desafío en lo emocional”, relató a Rosario3.

Consultada en torno al asunto, confió: “El pliego de la obra dice que el árbol debe preservarse, y una vez que esté la obra terminada, se pondrá en valor. Al comenzar la obra, se dio aviso a Parques y Paseos, y se hizo una poda en la copa para permitir el ingreso de las maquinarias”.

En torno a la decisión de la constructora Depaoli & Trosce de cercar hasta la vereda, quedando el árbol dentro de su perímetro, la inspectora destacó que “el árbol se encuentra sobre la vereda y luego del límite de la edificación, por lo que no creo que le haga daño la obra. Solo habrá que ver que no le caiga cemento en ningún momento”.

Así se encuentra el árbol dentro del cerco, y recubierto del fenólico desde hace unos días (Alan Monzón / Rosario3)

César Massi es un especialista en plantas nativas de la región, y en su mirada sobre su cuidado, también consultado por este medio, dijo: “Es necesario que la obra lo apuntale para resguardarlo del movimiento del suelo. Tendrían que verlo con un ingeniero agrónomo, en que estado está, si está firme, si hay que balancear la copa y cuán inclinado se encuentra”.

Ocurre que “dicha especie suele tener el problema de que se inclinan mucho naturalmente para buscar la luz, y si las raíces están podadas se pueden caer. Es una especie que va bien en los parques donde se despliegan bien, pero no siempre en las veredas, porque una constructora descalza el suelo, o una contratista rompe la vereda para pasar un caño, y si podan las raíces se pueden caer”.

Desde su opinión, “los árboles no la pasan bien las obras, porque el problema no es tanto los escombros como el movimiento que realicen en el suelo”.

En torno a ese panorama que dio el especialista, la inspectora fue consultada y precisó que “es improbable que las excavaciones hayan cortado parte de la raíz, ya que hay un espacio entre el árbol (en el espacio de cantero en vereda) y la obra. Vemos el árbol todos los días y está resguardado”.

En esta primera etapa, la constructora se encuentra avanzando en los cimientos, donde erigirá la estructura, planta baja, el memorial, y los 7 pisos de la Escuela de Música. Y luego habrá una segunda etapa que se licitará con los detalles más de arquitectura, con cerramientos y aulas, confió la inspectora.