Familiares y amigos de Carlos Orellano entraron este domingo a la cancha de Rosario Central, antes del partido con Arsenal, para reclamar justicia por el joven que la semana pasada salió a bailar a La Fluvial y poco después fue hallado muerto en el río.

Con lágrimas en el rostro y carteles en sus manos, los allegados a Bocacha, como se lo conocía al muchacho de 23 años que era fanático del Canalla, recorrieron el campo de juego ante un cerrado aplauso de la gente presente en Arroyito.

El club se plegó así al reclamo de justicia, mientras la investigación del caso intenta confirmar la hipótesis de que a Carlos lo mataron o hirieron a golpes antes de que cayera al Paraná tras ser retirado por personal del boliche Ming.