El grupo terrorista Estado Islámico (EI) decapitó al periodista japonés que tenía secuestrado pese a los desesperados intentos por acordar su liberación a través del canje de prisioneros. El gobierno de Japón y la familia de la víctima lamentaron y condenaron la ejecución.

El EI difundió un vídeo en el que se ve el cuerpo decapitado de Kenji Goto, de 47 años. El gobierno nipón cree "muy probable" que el vídeo sea auténtico "teniendo en cuenta el análisis realizado por el equipo científico de la Agencia Nacional de Policía (de Japón)", según dijo el ministro portavoz, Yoshihide Suga.

Esta semana, el EI había exigido para antes del viernes la liberación de la terrorista Sayida al Rishawi, condenada a muerte en Jordania, a cambio de liberar a Goto, capturado en octubre, y al piloto jordano Muaz Kasasbeh, en manos del grupo desde diciembre.

Ammán accedió a intercambiar a al Rishawi por los dos rehenes, pero la negociación para el canje de prisioneros quedó aparentemente bloqueada debido a que Jordania exigió al EI una prueba de vida del piloto jordano antes de liberar a la extremista.

El primer ministro Abe dijo tras conocerse el vídeo que "Japón no se doblegará" y que seguirá apoyando a la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo.

"Estoy tan descompuesta que no tengo palabras. Espero que la gente entienda que (Kenji) era un hombre cariñoso y valiente", dijo, por su parte, la madre del periodista, Junko Ishido, de 78 años.

Goto, casado y con dos hijos, se desplazó al territorio controlado por EI a comienzos del pasado mes de octubre con la intención de cubrir la guerra civil en Siria, al igual que había hecho antes en otros conflictos en la región.

Según los medios nipones, también viajó a Siria con el objetivo de mediar en el secuestro del también japonés Haruna Yukawa, capturado por el EI en verano y a quien había conocido previamente en el país árabe.