Uno de los abogados que representa a los 4 agentes de la Policía de Acción Táctica (PAT), detenidos por el homicidio de Jonathan Herrera, quien quedó en medio de una persecución policial mientras lavaba su auto en barrio Tablada, consideró la posibilidad de que la víctima se haya interpuesto en la línea de fuego aunque tampoco descartó que sus defendidos hayan confundido el objetivo. 

En diálogo con Radiópolis (Radio 2), Romeo Díaz Duarte criticó la prisión preventiva dictada sobre sus clientes Ramiro R., de 25 años, uno de los flamantes efectivos de la camada de diciembre de 2014 del Instituto de Seguridad Pública (Isep) acusado de "homicidio calificado por abuso de funciones" y de Francisco R., Luis S. y Alejandro G.–encuadrados en el mismo delito, pero en grado de tentativa–: “Parece que ser de Santa Fe es una desgracia–ironizó–esto es una chicana, no un alegato jurídico porque si hay riesgo de fuga, hay que probarlo”, señaló.

El letrado confirmó que basó su defensa en la poca experiencia de los agentes. “Santa Fe tiene récord en crímenes e inseguridad y también en sacar a la calle a policías en 6 meses” y destacó: “Estos chicos estaban recién salidos, en 6 meses tuvieron el uniforme, su primer función la tuvieron en 2014. No han tomado armas, sólo son responsables de tratar de ganarse la vida dignamente. Los responsables son los funcionarios de Santa Fe”.

Consultado por los periodistas Almudena Munera y Pablo Montenegro sobre lo ocurrido ese domingo, manifestó: “Los policías estaban sin servicio, iban en un micro urbano y vieron que había un procedimiento, un tiroteo del comando y se bajaron para colaborar. Empuñaron sus armas”. Luego, aseguró que percibieron la existencia de un “enfrentamiento”. “Los estampidos se sintieron y el delincuente empuñaba un arma”; agregó.

Con respecto al motivo por el cual dispararon contra la víctima, respondió: “Pudieron haberlo confundido” aunque también subrayó en este sentido: “El informe establece que muere en el enfrentamiento. Pudo haber pasado la línea de disparo”. A continuación, agregó: “Lavaba el auto, se para y corre, y ahí parece que se produjo. Nadie tiene camiseta de delincuente”.

Aunque admitió que sus defendidos fueron “imprudentes” aseguró: “No fue ex profeso, el dolo se presume si hay algo organizado pero acá, ellos se bajaron ciegos por su escaso conocimiento” y ahondó: “Son chicos que lloran y están destrozados moralmente”.

Finalmente consideró que los agentes son el “chivo expiatorio” del gobierno y descartó que la policía los defienda. “Nunca van a hacer un mea culpa”, terminó.