El ataque de un perro de raza pitbull a varias personas en el barrio Azcuénaga de Rosario, los cuatro casos recientes ocurridos en la ciudad de Santa Fe y la muerte de una adolescente en Córdoba tras ser mordida por dogos, todo en los últimos dos meses, generan preguntas sobre cómo actuar frente a la agresión de un animal de esas características en estado violento. ¿Hay alguna defensa posible?

En diálogo con Radio 2, el médico veterinario Carlos Cossia, justamente quien recibió en su clínica al can que mordió a unas cinco personas el domingo pasado en Rosario, explicó en primer lugar que, en base a su recorrido y conocimientos, es “imposible que un perro salga a la calle y muerda desencadenadamente” sino que hay razones y contextos que pueden generarlo.

“Este animal fue abandonado y violentado”, aseveró sobre el animal que recibió tres impactos de bala de Ezequiel, un policía de civil que pasaba por la cuadra cuando se dio el ataque a vecinos del barrio.

El veterinario recomendó, como primera medida, no intervenir si no se cuenta con experiencia y empatía hacia los perros. “No participes, porque si no tenés suma experiencia y medios para frenarlo vas a ser una víctima más”, declaró.

El ex concejal de la ciudad sostuvo que al agente policial “no le quedó otra” más que sacar su arma reglamentaria y disparar contra el pitbull para frenarlo porque se trató de un caso de emergencia.

En ese aspecto, marcó diferencias entre lo que puede hacer una intervención intempestiva y una preparada como podría ser la de la Policía Ecológica: “Que venga alguien preparado con un arma de dardos, pero para eso estamos hablando de una captura programada, no de algo que aparece en la vía publica”.

Sin la necesidad de tener que usar un arma de fuego, mencionó que “el matafuego es un arma ideal” pero no para golpear al animal sino para accionar su mecanismo. “Provoca dos cosas, el trauma y el susto. El gas pimienta sería buena opción porque le va a arder exactamente como al ser humano. Si no tenes un elemento, no te metas”, dijo.

“Si no hay experiencia, dejen que solamente dios lo salve. Es frío lo mío, seguro. Si es un familiar y arriesgas tu vida, es otro tema”, consignó sin vueltas.

En la continuidad de la conversación en Radio 2, el veterinario rosarino expresó que tratar de ahorcar al perro “ayuda” para contenerlo pero requiere de la acción de una persona con la estructura y la fuerza física adecuadas. “Quién lo puede hacer”, se preguntó.

“Lo ideal es agarrarlo de la cola y revolearlo como una calesita, cae y se asusta”, explicó. Por el contrario, no recomendó tomarlo de los testículos: “Si se da vuelta, sonaste. No es mi consejo”.

Naturaleza, educación y prevención


Cossia usó como ejemplo el fallecimiento de una adolescente cordobesa luego de ser mordida por dos perros de raza dogo –incluso el que ella misma paseaba y del que era dueña– para graficar que los canes “trabajan en jauría por su genética, todos atacan a la presa”.

Para el veterinario es de vital importancia trabajar en los conceptos de prevención y educación de las personas dueñas de perros potencialmente peligrosos y de gran porte.

“Hay una ley nacional de tenencia responsable, el pitbull no decidió nacer pitbull, no nació de un repollo. Lo fabricamos los hombres, hagámonos cargo de las macanas que hacemos”, reflexionó.

“Todo se previene, si no hubo prevención ahí quiero que esté la Justicia castigando”, completó.

Una ordenanza que no se cumple


Rosario posee una ordenaza que establece que los propietarios de perros de razas de gran porte deben inscribirlos en el Registro Único de Mascotas (RUM), pero son pocos los que lo hacen. Este registro permite identificar a los perros potencialmente peligrosos ya que portan una tarjeta con sus datos y foto.

También ayuda en caso de robo o extravío del animal, ya que con solo pasar una lectora portátil por su lomo es posible identificar al dueño, sumado a que permite tener un control de su estado sanitario (vacunación, esterilización y desparasitación).

Las razas que, por normativa local, deben tener un microchip en forma subcutánea son: pitbull, tosa inu, dogo de Burdeos, presa canario, bull terrier, akita inu, mastin napolitano, fila brasilero, dogo argentino, cane corso, bull mastiff, staffordshire terrier, rottweiler, doberman, gran perro japonés y ovejero alemán.