La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte entre las personas con diabetes tipo 2.Por eso el hecho de que un fármaco para tratar esta enfermedad también haya demostrado su eficacia en la reducción del riesgo cardiovascular resulta una novedad más que alentadora.

Según el portal de salud doctorvid.com los resultados del estudio “Leader” presentados en la reunión anual de la Asociación Americana de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés), comprobaron que el fármaco “liraglutide” redujo en un 22% la mortalidad por enfermedad cardiovascular, en un 13% el riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular (ACV), en un 15% la mortalidad por cualquier causa y en un 22% el riesgo de enfermedad renal avanzada.

El trabajo científico, que duró tres años, incluyó más de 9.300 personas de 32 países con diabetes tipo 2 y riesgo de enfermedad cardiovascular. La mitad de los participantes tomó liraglutide (sumado a los otros fármacos que ya estaban tomando), mientras que el otro grupo recibió placebo.

“Esta es una droga para diabetes que ya está en el mercado y se viene utilizando hace por lo menos cuatro años” , explicó en una entrevista con DoctorVid la doctora Juliana Mociulsky, médica endocrinóloga, especialista en diabetes y obesidad, miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes.

“Si bien ya tenía probada su eficacia en relación al control glucémico, descenso de peso, disminución de la presión arterial y algunos otros beneficios, que uno puede suponer indirectamente que pueden mejorar el riesgo cardiovascular, esto no se podía afirmar hasta tanto no se hiciera un estudio para evaluar la eficacia específica sobre el riesgo cardiovascular” , añadió.

Según señaló la experta, desde hace muchos años se ha demostrado que el control glucémico disminuye el riesgo “microvascular”, que es el riesgo de retinopatía, neuropatía, etc. “Pero el impacto del control glucémico sobre el riesgo “macrovascular”, que es el riesgo de infarto, ACV y otras enfermedades coronarias, aún no se había comprobado” , recordó.

Mociulsky comentó que, desde 2009, las autoridades regulatorias exigen que las nuevas drogas para diabetes tengan un estudio de eficacia cardiovascular y de “no inferioridad”, es decir que se demuestre que no son inferiores a otros tratamientos habituales en relación al riesgo cardiovascular. Este es un requerimiento para que la droga pueda ser aprobada.

“Por ello se hacen estudios a largo plazo, como fue el estudio Leader en el que se estudió la droga liraglutide en pacientes con diabetes tipo 2 con riesgo cardiovascular probado” , indicó.