Por lo general, a la piel grasa o mixta no le suele gustar demasiado el verano por tratarse de una época en la que aumenta la producción sebácea y es muy complicado caminar más de cinco minutos bajo el sol sin que el rostro empiece a brillar.

En tal sentido, las y los dermatólogos suelen recomendar que se realicen ciertas variaciones en la rutina de belleza dependiendo de la estación del año, pero en el periodo estival parece especialmente importante que se establezcan algunas pautas distintas.

Pieles grasas y mixtas en verano

Las pieles grasas pueden sufrir algunos efectos del calor: más brillo, aspecto oleoso, poros dilatados, entre otros. Además de las altas temperaturas, hay detalles que no se tienen en cuenta y productos mal elegidos que tienen mucho que ver con estas consecuencias. 

A continuación, tips a tener en cuenta:

-No utilizar cualquier protector solar:

La protección solar es imprescindible. Lo importante es analizar cuál se usa y elegir aquellos con texturas adecuadas. Existen protectores oil free para que incluso las pieles más grasas no tengan excusa a la hora de utilizarlos. Otros factores en los que se debe hacer hincapié al elegir el protector solar adecuado son que tenga un alto factor de protección frente a todo tipo de radiación (es decir, que sea de amplio espectro), que sea no comedogénico y, como puntos extra, que resulte agradable al tacto y sea fácil de aplicar.

La vitamina C es "la reina de los antioxidantes" y resulta clave en verano.

-Aprovechar los beneficios del cloro o la sal del mar

El sol, el cloro y la sal ayudan a "secar" la piel, por lo que pueden convertirse en aliados para difuminar impurezas y eliminar los granitos característicos de este tipo de pieles. Debe acompañarse de una correcta limpieza facial después de un día en la playa o pileta.

-Practicar la doble limpieza

Se recomienda hacer una doble limpieza por la noche para retirar bien los restos de protección solar que se aplicó varias veces a lo largo del día, tal como se recomienda. Las reglas básicas para ello son: usar inicialmente un producto de base oleosa que retirará todos los restos lipófilos y después, uno con base acuosa para la suciedad hidrófila.

-Más cuidados post playa y pileta

Además de esa doble limpieza nocturna, se debe aportar hidratación a la piel. La clave está en elegir formulaciones potentes y texturas ligeras en la crema hidratante que se use. Utilizar sérums concentrados o ampollas reparadoras y protectoras para compensar los excesos de la exposición solar y regenerar la piel.

-La importancia de la vitamina C

Este activo es un imprescindible en la rutina veraniega, ya que la vitamina C es la reina de los antioxidantes que permiten combatir el envejecimiento prematuro de la piel debido a la prolongada exposición solar.

El "boom" de las mascarillas obliga a elegir adecuadamente cuáles usar.

-Atención a las mascarillas

Con el imprescindible uso de las mascarillas, la zona cubierta de la piel en muchos casos nota consecuencias como un mayor exceso de grasa e incluso una aparición más grande de granitos. Para minimizar estos efectos secundarios en la medida de lo posible, es importante la higiene facial, empezando por esa doble limpieza antes mencionada. Exfoliar una o dos veces por semana para evitar la acumulación de células muertas e impurezas, así como hidratar en profundidad, ya que la zona que cubre la mascarilla se deshidrata con facilidad y esa falta de agua puede ser la causante de la aparición de los síntomas señalados.

Siempre resultará clave realizar una consulta con un experto o experta en dermatología que pueda evaluar la propia piel y recomendar los productos pertinentes para utilizar en esta época del año.