Uno de los empresarios más importantes de Chile, el presidente del Grupo Ultramar, Richard Von Appen, estará hoy en Rosario y se reunirá con el gobernador Maximiliano Pullaro con un tema central en la agenda: el futuro del puerto de Rosario.
Ultramar es un grupo empresarial trasandino vinculado a negocios navieros, logísticos y portuarios con más de 80 operaciones en 16 países y que factura al menos 800 millones de dólares al año.
En la actualidad, es el accionista principal de Terminal Puerto Rosario (TPR), la concesionaria de las terminales I y II del puerto local, y la llegada de Von Appen entusiasma a las autoridades locales que esperan que su presencia consolide avances en las conversaciones para activar un proceso de crecimiento e inversiones para la logística regional.
Pullaro recibirá a Von Appen junto con el ministro de Desarrollo, Gustavo Puccini, y el empresario chileno llegará con Fernando Reveco Santander, actualmente presidente de TPR. Los empresarios chilenos además mantendrán una reunión reservada con el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Miguel Simioni.
En concreto, al gobierno le entusiasma la propuesta que hizo Ultramar de comprarle el 10% de las acciones de TPR que todavía tiene Vicentín, un socio que no tiene fondos, know how y lazos políticos (como sí los tenía a formarse orginalmente la sociedad) y hoy es un ancla para el desarrollo de la terminal. Correr a Vicentín sería un punto muy importante para la recuperación institucional del puerto, estiman en la Casa Gris.
TPR tiene la concesión del puerto hasta 2032 y como le interesa extender el contrato debe comprometer millonarias inversiones en infraestructura para lograr más años de operaciones, una fórmula usual en este tipo de negociaciones.
Pero antes las partes deben resolver la deuda en infraestructura que tiene TPR, que en su momento la empresa quiso incluir en las obras a realizar si le extienden el contrato, algo que la Provincia rechazó de plano.
Luego de un inicio con muchos desencuentros, tanto la autoridad concedente como el concesionario empezaron a acercar posiciones y existe un clima de diálogo. No obstante, la primera oferta de inversión que hizo TPR fue bastante más exigua que lo esperada y fue rechazada con disgusto por el propio Pullaro.