Edgardo Bauza es más ídolo que nunca en Rosario Central. Porque a su exitoso ciclo como jugador le siguió una primera etapa como entrenador en la que se quedó a las puertas de la gloria, con subcampeonato de primera división y semifinal de Libertadores. Y en esta segunda completó su gesta: campeón de la Copa Argentina, con victoria sobre Newell's incluida.

Pero la permanencia del Patón en el club no está tan segura como podría pensarse. Pese a la clasificación a la próxima Copa Libertadores, la chance de obtener otro título más en la final de la Supercopa que jugará en febrero ante Boca y un contrato que lo liga al club hasta junio, el DT tiene en su cabeza tres razones para decidir su salida de la institución.
 

1- Extraña mucho a su familia. Esta es quizás el más poderoso de los argumentos en los que se basan sus dudas. Su esposa, Maritza Gallardo, y su pequeño hijo Nicolás (5 años) viven en Quito, a donde irá a pasar las fiestas de fin de año, y la lejanía le genera una melancolía difícil de superar. Su hijo tiene ya cinco años y le duele perderse etapas de crecimiento que todo padre desea vivir.

 

Bauza y Maritza se conocieron en 2010 y se casaron poco después.


2- La sensación del deber cumplido. Edgardo ya ha dicho en diversas entrevistas que siente que, con este título, ya le dio todo lo que podía darle al club de sus amores, como jugador y como entrenador. 

3- La certeza de que será muy difícil que el plantel alcance el nivel de competitividad que él desea para afrontar el semestre venidero, en el que disputará una Copa Libertadores muy difícil, con los mejores equipos del continente. Según el entrenador, Central necesita cinco o seis refuerzos de jerarquía, algo que al club hoy le resultará muy difícil de cumplir. 

 

El Patón contó con Ortigoza como pilar. Necesita cinco o seis refuerzos.

La comisión directiva conoce la situación y sabe qué le pasa por la cabeza a Bauza. En estos días, antes del su viaje a Ecuador, habrá una reunión esclarecedora, en la que recibirán del DT las premisas para el primer semestre de 2019 y él escuchará qué piensa la comisión. 

Si bien a esta hora no hay que descartar nada (que decida seguir otros seis meses es una posibilidad concreta), es cierto que al DT el título le dio una sensación de satisfacción que podría ser contraproducente para su permanencia. Y estará en los dirigentes poder convencerlo para que se quede un tiempo más.