1– Justo Villar: ¡Ídolo de Newell's! Fue un privilegio para mí, dar mis primeros pasos en la primera división de Newell’s con Justo de compañero. Sin tener una relación cercana, me aconsejó y me trató muy bien. No solo conmigo fue solidario, sino también, con todos los juveniles que integraban el plantel”.

2 – Sebastián Pena: “¡Un crack! Seba era muy serio adentro de la cancha y muy jodón afuera. Por su recorrido y trayectoria pensé que era un tipo parco y cerrado, pero me sorprendió gratamente su forma de ser”.

3 – Roberto Sensini: “El DT con el que hice los goles más importantes de mi carrera. Con Boquita me costó al principio porque no me daba oportunidades. Pero ante Estudiantes me llevó al banco de suplentes porque se demoró en llegar el transfer de Taca Bieler. En el segundo tiempo, me hizo ingresar y pude convertir un gol. A partir de ahí, a fuerza de goles, revertí la situación y me gané un lugar como titular. Por ser muy respetuoso de su tremenda trayectoria, no generé una relación estrecha con él”.

4 – Caruso Lombardi: “Un DT inolvidable en mi vida. Caruso fue el entrenador que me hizo debutar en la primera de Newell's. Cuando llegó, no me conocía, pero igual ante Independiente decidió llevarme al banco de suplentes. Cuando promediaba el segundo tiempo, estábamos aguantando el triunfo por 2 a 1 con un jugador menos por la expulsión de Ansaldi, me llamó y seguramente por mi físico, me preguntó: ¿Te animas a jugar de tres? Obviamente, le dije que sí. Y me puso nomás, y en esa insólita posición jugué mi primer partido en la primera división del futbol argentino con la camiseta del club que soy hincha. Igual debo confesar, que por la jerarquía de algunos jugadores de Independiente que jugaban por mi sector, la pasé bastante mal”.

5 – Diego Mateo: “Un futbolista que jugó por y para el equipo. Diego fue un jugador que corría por todos sus compañeros. Ya sabías que si te equivocabas, él estaba atrás para salvarte. Siempre fue muy cercano a los jugadores jóvenes, ya sea, para aconsejarlos o apoyarlos. Lo conozco de toda la vida y tenemos una linda relación”.

6 – Rolando Schiavi: “Un defensor temerario que dejaba todo adentro de una cancha. Era impresionante como defendía a los más chicos y como dejaba la vida en cada partido. Con el Flaco, al principio, tenía miedo hasta de saludarlo. En los entrenamientos que me tocaba hacer los trabajos con él, no tenía margen de error, no me podía equivocar porque me liquidaba”.

7 – Lucas Bernardi: “Un futbolista que volvió distinto de Europa y marcó la diferencia. Lucas pasó de ser un jugador metedor y aguerrido a ser un mediocampista con clase, técnica, panorama, pase entrelíneas y manejo de los tiempos en cada partido. Lo conozco desde cuando yo tenía 10 años. Pero cuando fuimos compañeros en Newell’s, por mi timidez y por respeto, solo hablábamos o bromeábamos cuando él lo proponía”.

8 – Pablo Pérez: “Un futbolista que nunca detuvo su progreso en su carrera. Pablo modificó su forma de jugar y se transformó en un jugador distinto. Su recorrido en el futbol fue espectacular. Tenemos una relación excelente que nació en las inferiores de Newell’s y continua hasta el día de hoy. Siempre fue un cable pelado adentro y afuera de la cancha”.

9 – Sebastián Cobelli: “¡Mi ídolo y mi referente! Seba fue mi jugador a seguir. Quizás porque siempre escuché sus consejos y porque siempre me enfoqué en él, nuestras carreras fueron similares. Los dos pasamos por muchos clubes sin lograr afianzarnos y luego de un año en cada club, nos tuvimos que ir. Hoy se dedica a la actuación, y porque lo fui a ver al teatro, estoy en condiciones de confirmar que es mejor actor que delantero”.

10 – Rinaldo Cruzado: “Un jugador muy técnico, con una gran pegada. Rinaldo suplía la falta de velocidad y desequilibrio con su inteligencia, su lectura de juego y su precisión para asistir a los delanteros. Fuimos compañeros en Universidad César Vallejo y me vivía hablando de Newell’s. Es impresionante lo enamorado que quedó de la Lepra”.

11 – Álex Aguinaga: “Un DT que sin darme los motivos, ni las razones me bajó a la reserva. Cuando llegó Aguinaga a Deportivo Cuenca, yo era el goleador del equipo. Pero dirigido por él, de a poco empecé a perder terreno hasta que me sacó y me tuve que ir del club. Nunca supe, ni entendí por qué tomó esa decisión. Quizás lo hizo porque tenía recelo por el jugador argentino. Por lo que viví con Aguinaga, prefiero quedarme con la imagen del jugador estrella del futbol ecuatoriano que cuando yo era chico veía por TV”.