El sábado 28 de julio de 2012 fue quizás el día más importante de la historia para la gimnasia artística de nuestro país. Aquella jornada, Federico Molinari se convirtió en el primer atleta argentino en llegar a una final olímpica: "Lo de Londres me marcó para siempre", dijo.
Y recordó: "Ahí salió a la luz lo que venía haciendo hacía años. Fue el momento de máxima exposición, más consagratorio y en el que tuve el reconocimiento del público fuera de lo que es la gimnasia artística. Estar en esa final olímpica fue un trabajo preparado durante mucho tiempo".
En aquella oportunidad, pocos esperaban semejante producción individual, pero al gimnasta le sobraba confianza: "Por ahí cuando yo decía que a Londres iba a buscar la final olímpica algunos hasta se reían, porque para un gimnasta argentino ser finalista olímpico era utópico", agregó en diálogo con Rosario3.
"Eso fue lo más lindo; plantearse semejante objetivo y haberlo logrado. Sabía que era muy difícil, pero también sabía que podía porque ya había ido a varios torneos previos y en dos de ellos había obtenido medalla, así que sabía que estaba cerca de los mejores del mundo", rememoró el rosarino.
Federico fue uno de los 8 mejores de los 68 deportistas que iniciaron la competencia. Pero no conforme con eso, en la final buscó la perfección para llegar a una medalla. Estuvo cerca, pero un pequeño error en la salida lo privó de la posible presea.
Así lo recuerda casi 10 años más tarde: "Yo a esa final había clasificado con el 7° mejor puntaje y sabía que haciendo una buena serie podría haber arañado el 5° o 6° lugar, pero no me daba para llegar a estar entre los tres primeros. Entonces hice la misma rutina que tenía planeada, pero mejor ejecutada (o sea quedarme más tiempo en cada una de las posiciones de fuerza) y eso le daba una mayor calidad, pero a la vez era un riesgo más grande porque llegaba más cansado a la salida".
Y concluyó: "En definitiva, hice una muy buena rutina, pero tuve el problema de que la salida no fue la mejor al estar un poquito más cansado. Hice mal la rotación y perdí un poco la noción del piso. La idea era arriesgar un poquito más para intentar llegar a una medalla sabiendo que el diploma ya estaba". Y estuvo muy cerca.
Más allá de aquel histórico momento, el atleta tuvo otros hitos en su carrera que lo ubicaron como la principal figura de la gimnasia artística nacional y así lo siente y lo valora él mismo: "Yo no me quedo solo con esa final olímpica. Tuve otros grandes momentos en mi carrera como la medalla panamericana". Fue bronce en Lima 2019 en anillas.
Así describió ese logro: "Esa fue una medalla muy buscada porque yo había tenido mala suerte dentro de lo que es el ámbito panamericano. En 2003 y 2007 no ingresé a la final 2011 tenía una lesión en el hombro y quedé octavo. En 2015 era mi mejor momento y lamentablemente por la subjetividad del deporte me quedé sin nada. Esas cosas fueron frustrando mis objetivos durante tantos años. En consecuencia esa medalla panamericana fue como sacarme una mochila de encima".
Fede, todo un romántico
Al momento de ganar aquella medalla de bronce en los Panamericanos, Federico tomó una extraña, pero muy dulce decisión que sorprendió a todos, especialmente a su pareja Paula. En medio de una entrevista le propuso matrimonio: "En aquel momento se me ocurrió. Me estaban haciendo una nota en la zona mixta y de casualidad apareció mi mujer Paula y decidí proponerle casamiento. Fue espontáneo y salió muy bien" contó.
Aunque, aclaró: "La idea era casarnos el año pasado, pero la verdad es que vino la pandemia y por ahora no nos casamos. Seguramente cuando se normalice todo lo haremos. Porque quiero que se levanten las restricciones y que sea una linda fiesta con la gente que uno quiere".
El futuro y su pupilo
Molinari hizo un análisis del presente de la gimnasia artística: "Hay varios chicos que están entrenando para llegar a su plenitud en París 2024. Algunos lo ven como algo inalcanzable y no es así, hay que trabajar para que sepan que es posible lograrlo" explicó.
La mejor representante argentina es Martina Dominici. Estaba clasificada a Tokio, pero fue suspendida por doping y no podrá participar.
Federico actualmente entrena a Julián Jato, una joven promesa nacional, a quien le augura un gran porvenir en la disciplina y lo ve compitiendo en los Juegos de París 2024.
"Estamos trabajando para eso. En este último Panamericano fue el mejor argentino y terminó en el 8° lugar en la clasificación general. Él es joven, tiene 21 años y tiene un gran potencial por lo que yo confío en que puede ser olímpico", dijo sobre Jato.
Y agregó: "Vamos a trabajar para que esté a pleno en París 2024 y ver si ahí logra meterse entre los mejores 15 del mundo" contó.
En esa sintonía, hizo un análisis de la situación actual de su deporte: "La gimnasia está bastante bien. Hay infraestructura. La Federación acompaña. El Enard es un ente que nos está apoyando hace años. Sabemos que ahora hay otras prioridades por la pandemia. Pero apoyo hay y se está trabajando bien".
El Fede de la gente
Fuera de su vida como deportista, Federico está embarcado en una cruzada solidaria muy interesante: "Estamos trabajando junto a otros deportistas con una empresa de materiales de construcción (Huella Saint Gobain) con la que todos los años apadrinamos un proyecto solidario. En este caso, me tocó en 7 comedores de La Matanza dónde hay unos 700 chicos y les facilitamos todos los materiales que necesitan para que tengan el lugar adecuado. Hemos donado 600 bolsas de material para esos comedores. Es una actividad que me encanta porque te brinda un premio desde otro lado, desde un lado más humano y eso me reconforta mucho" contó con orgullo".
El futuro personal
Finalmente, Federico Molinari habló del tiempo que le queda como atleta y lo que viene en su vida: "Todavía tengo un par de objetivos que trataré de seguir cumpliendo (el próximo es el sudamericano de San Juan en noviembre) pero luego me enfocaré en la docencia. Hoy tenemos 6 escuelas de gimnasia con alrededor de entre 700 y 800 chicos y estoy coordinando eso. Además entreno personalmente a Julián (Jato). Y a fin de año volveré a analizar todo. Es difícil saber hasta cuando podré seguir compitiendo en este nivel porque ya tengo 37 años. A veces la cabeza quiere, pero el físico no acompaña" cerró.