La planta de la acería Acindar en Villa Constitución resolvió parar casi por completo su actividad hasta el 11 de enero.
“Desde la semana pasada, prácticamente toda la planta está parada”, afirmó un alto dirigente de la UOM villense, en declaraciones citadas por el diario El Norte. Sólo se mantiene en funcionamiento una mínima parte de las instalaciones.
Durante el período de inactividad productiva, el personal hará uso de sus vacaciones. “La medida responde a la planificación de la producción y de las operaciones en el cierre del año”, fue la explicación de la empresa. La decisión se toma en un contexto de caída del mercado por el freno a la obra pública y el ingreso de productos siderúrgicos de China.
La planta de Acindar Villa Constitución operaba actualmente al 60% de su capacidad instalada.
Referentes de la planta de Acindar en Villa Constitución y representantes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) acordaron un esquema de pagos parciales para suspensiones programadas en 2026. Al igual que en 2024 y 2025, auguran un año complicado en términos productivos. El acuerdo, ya rubricado por las partes, quedó a la firma para su homologación en el Ministerio de Trabajo.
El documento deja asentado un compromiso de “rotación equitativa y proporcional” para que los trabajadores del gigante siderúrgico –emplea aproximadamente a 2.500 personas de forma directa– tengan la mayor actividad posible a lo largo del año y su percepción salarial no se vea aún más afectada. Las fechas en las que se harán efectivas las suspensiones dependerán del ritmo productivo de la fábrica.
El acuerdo se basa en contar con una hoja de ruta para mitigar el impacto de los “desafíos productivos que depare el año 2026”. Durante 2025, la empresa ya había formalizado un esquema de parates, suspensiones y retiros voluntarios, tras un 2024 también marcado por la baja de la producción.
El esquema de pagos para los trabajadores suspendidos en 2026 contempla la percepción del 83 por ciento del salario en enero y febrero; 81 por ciento en marzo y abril; 80 por ciento en mayo, junio y julio; 78 por ciento en agosto y septiembre; y 75 por ciento en octubre, noviembre y diciembre.
El panorama del acero es aún más alarmante: la producción en Santa Fe cayó 45% interanual, alcanzando niveles que, según la Fisfe, son los más bajos en 17 años. El deterioro no se limita a la producción. Un informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) reveló que, desde el inicio del actual gobierno, se perdieron más de 19 mil empresas y 276 mil puestos de trabajo en todo el país, según datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT).
En el marco del Congreso Alacero, que se desarrolla en Cartagena de Indias, el CEO de Acindar, Federico Amos, fue contundente al exponer su diagnóstico de situación. “En Argentina hacen falta reformas, también estabilidad y recuperación del crédito, para que podamos desenvolvernos en condiciones de competencia equilibrada, competir todos en la misma cancha”, sostuvo. El ejecutivo advirtió sobre el riesgo de pérdida de tejido industrial: “Hay un proceso de desindustrialización. La industria tiene empleos de mucha calidad, desarrolla cadenas de valor, impulsa la educación, trae tecnología de punta y genera desarrollo para el país y las personas. Entonces, decirle no a la industria va a tener consecuencias”.
Amos insistió en la necesidad de aliviar la presión tributaria y fortalecer el mercado interno: “La situación impositiva ya no puede continuar así. Eso tiene que cambiar, y la demanda tiene que fortalecerse, principalmente a través del crédito. Se debe priorizar generar trabajo”.
Según el matutino nicoleño El Norte, Acindar pasó de producir entre 100 mil y 120 mil toneladas mensuales de acero en sus distintas manufacturas a sólo 50 mil en los últimos meses, o incluso menos. Desde finales de 2023, su proyección de 1,2 millón de toneladas de laminado anual decreció a menos de 600 mil toneladas para 2025.