El complejo educativo Francisco Gurruchaga –una institución que se caracteriza por su visión de vanguardia, comprometida con una educación integral que aborda también temas centrales de la vida y la ciudadanía– fue sede de una jornada especial de capacitación en RCP (Reanimación Cardiopulmonar) y primeros auxilios, destinada a niños y niñas de la escuela primaria. La actividad fue desarrollada por miembros de la Asociación Rosarina de Anestesia, Analgesia y Reanimación (ARA), en el marco de su campaña comunitaria “La vida en tus manos”.

La jornada de capacitación fue el jueves 24 de julio, cuando un equipo de médicos anestesiólogos y docentes de la ARA llevó adelante esta experiencia educativa que, desde hace más de un año, recorre espacios públicos, clubes e instituciones escolares con el objetivo de acercar a la comunidad herramientas esenciales para la atención de emergencias.

En esta ocasión, el encuentro tuvo una modalidad especialmente desafiante: adaptar los contenidos para estudiantes desde 1° hasta 7° grado. Trabajando en conjunto con los docentes de la institución educativa, fue posible realizar una propuesta lúdica y significativa para las diferentes edades. Además, se utilizó la “Canción de la Reanimación”, una adaptación infantil de la canción “Había una vez un barquito chiquitito”, creada por Raquel Palacio Villazón, que permitió a los más pequeños incorporar los pasos de la RCP de forma sencilla y memorable.

Aunque el eje estuvo centrado en la enseñanza de la reanimación y el reconocimiento de situaciones de emergencia, también se abordaron valores fundamentales como la empatía, la responsabilidad y el compromiso con el otro.

Durante casi toda la jornada, los grupos se organizaron por edad y compartieron momentos de aprendizaje junto a sus docentes y al equipo de ARA. Entre peluches, juegos, canciones y simulaciones, los más pequeños aprendieron jugando; mientras que los más grandes llegaron a comprender e incluso explicar con claridad los pasos clave de una maniobra de reanimación sobre maniquíes de entrenamiento.

Saber cómo actuar en los primeros minutos de una emergencia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Por eso, enseñar estas herramientas desde la escuela no solo es posible, sino imprescindible. Porque aprender a cuidar la vida también forma parte de educar.