El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, recorrió este lunes las obras que está haciendo la Provincia en la cascada del Saladillo. Remarcó que en noviembre se podrá poner un punto final al riesgo que existe sobre el puente Molino Blanco y el de Circunvalación y anticipó que en la segunda etapa trabajarán en intervenir el entorno.
“Esta cascada hace 10 años atrás estaba mil metros al noroeste de lo que es la corriente de la misma y hoy ya está a muy pocos metros del puente Molino Blanco. Era una obra trascendental que se tenía que hacer. La había comenzado el Gobierno nacional en la etapa anterior pero hubo una ejecución de obra muy poco avanzada y entendíamos que era urgente llevarla adelante porque corrían riesgos también los puentes Circunvalación y el de la vía”, señaló en Cada Día (El Tres) el mandatario santafesino.
Según estimó Pullaro, para noviembre estará finalizada la primera etapa de la obra, que frenará el avance de la cascada. “Va a hacer que no exista ningún riesgo más sobre las trazas urbanas. Es una solución definitiva para esta problemática”, aseveró.
“Es una obra fundamental donde realmente se ve la dimensión de la obra pública y de lo que es el rol del Estado. Porque si no la hiciera el Estado, esta obra no la llevaría nadie adelante. Son 30 mil millones de pesos. Es similar a lo invertido para el puente Santa Fe - Santo Tomé, el tercer carril de la autopista o la licitación que hicimos la semana pasada para terminar el hospital Regional Sur”, destacó el gobernador.
En ese sentido reflexionó: “El gobierno de la Provincia hubiera esperado que esto se lleve adelante con fondos nacionales, porque así había comenzado, pero cuando vimos la urgencia y la catástrofe que podía pasar porque ya estamos a muy pocos metros del puente, y eso iba a hacer que se corte el tránsito por riesgo, entendimos que teníamos que hacerlo a un ritmo de ejecución muy alto porque necesitamos terminarla rápido”.