Algunos dirán que la sed se quita con agua, pero la temperatura agobiante y la sensación térmica superior a 46º esta tarde –que convirtió a la ciudad de Santa Fe en la antesala del infierno–, crean las mejores condiciones para disfrutar del “Día de la chopera” que se celebra este 22 de enero, porque quién puede resistirse a un liso bien tirado y bien frío para hacerle frente al calor.

La cerveza y el liso como vaso y medida ideal para servirla, es un clásico en la ciudad de Santa Fe, desde hace décadas y la chopera –que también representa a la capital provincial– no tenía “su día”, hasta que en 2021, el Concejo Deliberante de esa ciudad declaró el día 22 de enero como la “Fiesta de la Chopera”, aunque ya venía celebrándose de forma espontánea, desde el año 2011.

“El liso es camaradería, buen vivir, estar bien. El dueño de la chopera es un líder positivo. El que tiene una chopera en su casa reúne a sus amigos y a la familia. Desde las familias más humildes a las más pudientes tienen una chopera en su casa”, afirman los especialistas locales y cuentan que “la chopera nació en Santa Fe por la costumbre de llevar el barril a la casa para tomar la cerveza bien fría y el liso bien tirado”.

“Nos gusta reciclar y mantener el medio ambiente y nosotros decimos que la chopera es un artefacto doméstico santafesino. Cualquier cosa la convertimos en chopera”, afirman y muestran una chopera artesanal construida a partir de una máquina de coser que encontró tirada uno de ellos.

Cómo se tira un buen liso

 

Los expertos recomiendan que el vaso debe estar frío, al igual que el barril. El primer tramo se sirve con el vaso inclinado y luego se va enderezando para agregarle espuma de a poco. Dicen que el cuello ideal de espuma es de dos dedos, aunque admiten que también depende del gusto de cada uno.

El liso es patrimonio cultural de los santafesinos y su origen está asociado a la costumbre que tenía el maestro cervecero Otto Schneider, fundador de la cervecería Santa Fe. “Él salía por los bares a tomar la cerveza que se servía en jarras –cuentan– y empezó a pedir que se la sirvieran en un vaso liso y transparente porque de ese modo él podía evaluar la calidad y transparencia de la bebida”.

De allí nació la costumbre de los santafesinos de pedir el liso, es decir el vaso que tiene entre 250 y 270 centímetros cúbicos de cerveza. Un vaso que –remarcan– debe ser usado solamente para servir cerveza.