Tokio y Pekín se encuentran inmersos en una creciente disputa en torno a Taiwán después de que la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, sugiriera que su país podría involucrarse militarmente en caso de un intento de invasión china sobre el territorio de la isla independiente.
En ese marco, Japón instó este martes a sus ciudadanos en China a extremar las precauciones de seguridad y evitar las multitudes, en medio de la creciente disputa entre las dos mayores economías de Asia, que incluso llevó a Tokio a movilizar aviones de combate.
“Presten atención a su entorno y eviten en la medida de lo posible las plazas donde se reúnen grandes multitudes o los lugares que puedan ser frecuentados por muchos japoneses”, recomendó la embajada nipona en China, a través de un comunicado que fue publicado el lunes en su sitio web.
“Si ve a una persona o a un grupo que le parezca mínimamente sospechoso, no se acerque a ellos y abandone la zona inmediatamente”, decía la nota de la embajada.
La advertencia también exhortaba a los ciudadanos japoneses a respetar “las costumbres locales” y tener “cuidado con sus palabras y actitudes al interactuar con la población local”.
El origen de la disputa
La escalada de la tensión entre ambas naciones comenzó luego de que la primera ministra japonesa sugiriera, en su primer discurso ante el Parlamento tras asumir el cargo en octubre, que Japón podría involucrarse militarmente en un conflicto entre China y Taiwán.
Si bien la Constitución japonesa de posguerra prohíbe al país insular utilizar la fuerza para resolver disputas internacionales, la ley de 2015 –aprobada durante el mandato del primer ministro y mentor de Takaichi, Shinzo Abe– permite ejercer la legítima defensa colectiva en ciertas situaciones, incluso si Japón no está siendo atacado directamente.
El Partido Comunista Chino afirma que Taiwán es una provincia y ha prometido anexionarla, incluso por la fuerza militar, si no logra convencer o coaccionar a las autoridades taiwanesas para que acepten una “reunificación”.
“La llamada contingencia de Taiwán se ha vuelto tan grave que debemos anticipar el peor escenario posible”, declaró Takaichi. La primera ministra agregó que un ataque de China contra Taiwán podría provocar el despliegue de las fuerzas de autodefensa de su país si el conflicto representara una amenaza existencial para Japón, que posee territorio a tan solo 110 kilómetros de la isla principal de Taiwán.
Estas declaraciones generaron furia en Pekín, desde donde calificaron las palabras de la primera ministra como una “amenaza militar” contra China.
Durante su breve mandato, Takaichi ha priorizado el fortalecimiento de las defensas de Japón para contrarrestar la creciente asertividad de China, con especial atención a las islas periféricas japonesas en el Mar de China Oriental, donde se ubican las islas Senaku.
En su primer discurso, la primera ministra también prometió aumentar el gasto en defensa –una política impulsada por Donald Trump, quien busca que los aliados estadounidenses del noroeste asiático incrementen su inversión militar– hasta el 2% del PBI a finales de marzo de 2026, dos años antes de lo previsto.
La respuesta de China
Ante las declaraciones de Takaichi, desde China hicieron una publicación que luego fue eliminada en la cuenta de X del cónsul general chino en Osaka, Xue Jian, en la que amenazaban con “cortarle el cuello a un socio sin dudarlo un instante”.
Lin Jian, portavoz del Ministerio de Exteriores de China, defendió la publicación de Xue e instó a Japón a “dejar de enviar señales equivocadas a las fuerzas separatistas independentistas de Taiwán”.
Desde entonces, ambos países han convocado a sus respectivos embajadores y Pekín ha emitido advertencias formales a viajeros y estudiantes sobre los riesgos de visitar Japón, afirmando –sin pruebas– que el país atraviesa un deterioro de la seguridad pública y que ciudadanos chinos han sido blanco de “actos criminales”.
Los medios estatales chinos, por su parte, han dedicado titulares de primera plana y una amplia cobertura editorial a la disputa, calificando las declaraciones de Takaichi como “peligrosamente provocativas”.
El Ejército chino también advirtió a Japón que sufriría una derrota aplastante si se atrevía a intervenir militarmente en un conflicto en el estrecho de Taiwán. El domingo, envió un buque de guardacostas a través de las islas Senkaku, administradas por Japón pero reclamadas por China como islas Diaoyu. También sobrevoló con drones militares Yonaguni, la isla más occidental del archipiélago japonés, razón por la cual Japón anunció el lunes que movilizó su aviación
Este lunes, la Embajada china en Japón publicó en sus redes sociales un recordatorio de que no había renunciado al uso de la fuerza para tomar Taiwán y advirtió que cualquier intervención de Japón sería considerada un acto de agresión al que China respondería con firmeza.
No obstante, distintos analistas apuntan que en el corto plazo una confrontación militar es altamente improbable, aunque sí se prevé un impacto en las relaciones económicas bilaterales y entre los pueblos de estos socios comerciales clave. Las advertencias de Pekín a viajeros y estudiantes para que eviten Japón provocaron un desplome de las acciones de los sectores minorista y turístico japoneses en la apertura del lunes.