Ana María tiene 71 años, cobra la jubilación mínima y vive en una casa humilde de La República al 7100, en barrio Larrea, junto a su hija y su nieto de 4 años. Tras el último temporal, parte del techo cedió por la acumulación de agua y los escombros se desplomaron sobre su cama mientras dormía.

“Estaba durmiendo y empecé a sentir un ruido tremendo. Me rozó un pedazo de escombro en la cabeza. Por suerte solo me raspó, pero los demás cayeron sobre la mesa de luz y la hicieron pedazos”, relató en De 12 a 14 (El Tres).

El lugar donde le golpearon los escombros.

El temor más grande de la mujer es que el próximo desprendimiento golpee a su nieto: “Él siempre está conmigo. Por suerte no estaba acá el día que se vino todo abajo”, dijo.

Además de la angustia por el estado de su vivienda, Ana María convive con problemas de salud que le dificultan salir a buscar soluciones. “Trato de pedir ayuda, pero hasta ahora no tuve respuestas. No tenemos recursos para arreglarlo”, se lamentó.

La jubilada cuenta que incluso debió cambiar sus hábitos cotidianos por miedo a nuevos desprendimientos. “Dejo el vaso con agua para los remedios en la mesa de luz, pero como caen cosas de los fierros del techo, ahora tengo todo tapado”, describió.

Quienes quieran colaborar con Ana María pueden comunicarse al 341 670 4830.