La Sala 1° de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Rosario rechazó el recurso de la rosarina que solicitó en segunda instancia el cambio de su rotulación en el Registro Civil de “divorciada” a “soltera”, confirmado la resolución de origen y rechazando in limine su demanda.
La rosarina de 33 años que solicitó en julio del año pasado la restitución de su estado civil anterior a su matrimonio (terminado hace tres años de mutuo acuerdo) apeló aquel primer fallo, ya que su pedido había sido rechazado por un juez de primera instancia en lo Civil y Comercial sin emitir fundamentos.
La mujer de nombre Marcela planteaba el objetivo del cambio de estado civil por sentirse “afectada en un malestar constante", ya que ser divorciada no la representa y afecta su calidad de vida. Incluso en su planteo buscaba llevar un proyecto de ley a la Legislatura, ya que “esto aplicaría a cualquier persona divorciada que se sienta víctima de un perjuicio emocional”.
Pero esta semana su causa naufragó por vez segunda, cuando los jueces Juan Pablo Cifré, Iván Kvasina y Ariel Ariza plantearon que toda persona que se casa, ya no vuelve a ser soltera. La decisión de rechazo se basa en la falta de fundamento jurídico para cambiar el estado civil al anterior, y "no ha demostrado que su estado civil actual colisione con sus derechos constitucionales". Se trata del primer caso de un reclamo de este tipo en la justicia local y regional.
La abogada de la mujer, Tamara Altamirano, había precisado entonces a Rosario3 que “el derecho ya permite cambiar de nombre, cambiar de sexo. Entonces, que no se pueda un cambio de estado civil es una disforia, un cepo civil”.
El juez de Cámara Civil y Comercial, Marcelo Molina, precisó en torno a este fallo, en diálogo con Punto Medio (Radio 2): “No es para juzgar a la persona. Se respeta cómo se siente en lo personal e íntimo. Pero este pedido tiene una implicancia social. La pieza jurídica estaba bien elaborada, y se entendía que podía sentar un precedente. Pero la situación de divorciada no la va a poder revertir”.
La mujer se casó y convivió poco tiempo con su expareja. No habían tenido hijos ni comprado bienes. Después se divorciaron. Esta instancia de pasar a ser una mujer divorciada, ella explicó que le habría generado angustia, y esa es la base del pedido. "Lo que la Justicia le dijo tanto en primera como en segunda instancia es que el estado civil no es algo que el ciudadano pueda disponer. Una vez casada, una persona no puede volver a ser soltera", remarcó Molina.
El magistrado fue consultado sobre las opciones que restan a la rosarina si desea persistir en su reclamo, y sobre esto afirmó que aún tiene la opción de elevar un recurso de inconstitucionalidad a la Corte Suprema de Justicia provincial, e incluso si esta lo rechaza también, a la Corte Suprema de la Nación.
¿Por qué no es posible retroceder en el estado civil?
En su argumento la mujer precisaba que para la ley una persona se puede cambiar de género, pero “el género es una cosa, y el estado civil es otra”, explicó Molina. “Es posible cambiar el apellido paterno si éste nunca tuvo ese vínculo, o si su apellido tiene un mal concepto por alguna figura pública de la que se quieren despegar. Esas decisiones no repercuten en terceros, se relaciona siempre conmigo. Si cambio mi nombre o documento no afecta deudas ni nada por el estilo”, diferenció.
De esta manera, cambiar el estado civil se relaciona con los demás, aseveró el juez en lo civil y comercial, y luego ejemplificó: “Si alguien busca comprar un inmueble, no es igual que sea soltero que divorciado. Si soy soltero, no rindo cuentas a nadie, y si soy divorciado, puede ser un bien ganancial. Son cuestiones de orden público”.
De esta manera, el tribunal que falló contra el pedido de Marcela remarcó que el estado civil es un atributo permanente de la persona, regulado por normas de orden público y que debe ser acreditado mediante registros oficiales, y no puede ser modificado a voluntad.
Recordó entonces que el registro civil es importante, así como la partida de nacimiento, ya que en ambos casos se registra si esa persona tiene una declaración de discapacidad, y eso puede tener implicancias por ejemplo en el mundo laboral.
Reflexionó finalmente sobre el asunto: “Ocurre que la mayoría de la gente antes de casarse no averigua con un abogado las implicancias. Hay una visión romántica del casamiento, cosa que es errada. Hay que tener un detalle de todos los bienes con los que llegás al matrimonio, porque es muy posible que ese matrimonio no termine bien”.