En el día del periodista, la Academia Nacional de Periodismo entregará el Premio Pluma de Honor a la periodista de La Nación Elisabetta Piqué, distinción que también recibirán los colegas Robert Cox y Daniel Enz. La corresponsal en Italia del histórico matutino viene de cubrir la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia y antes del acto, habló en exclusiva con La Primera de la tarde, por Radio2.

Dejó definiciones sobre el conflicto bélico, el impacto en lo personal sobre lo que llamó “crímenes de guerra”, lugar donde piensa “volver a cubrir”. También su mirada sobre Argentina y el peso de la figura del Papa Francisco en el mundo. Cerró con una definición para los periodistas en su día: “El periodista primero tiene que ser buena persona y ser honesto con nuestra profesión, con nosotros mismos, con nuestros oyentes-lectores-televidentes", aseguró. 

Piqué estuvo en Ucrania desde febrero pasado, luego volvió a Roma y hoy está en Buenos Aires para recibir el Premio de la Academia. Además de cubrir todas las noticias del Vaticano, Piqué escribió varios libros, recibió numerosos premios y fue corresponsal en las guerras de Afganistán, Irak, Egipto, Libia y Medio Oriente

Elisabetta Piqué (en el extremo derecho) junto a otros corresponsales de guerra en Ucrania (@bettapique)

-Qué momento tan especial en la profesión te encuentra el día del periodista con la cobertura de la guerra en Ucrania…

-Quien hubiera dicho que este año en el día del periodista estaríamos cubriendo una guerra inesperada en la que los periodistas hemos vuelto estar en el terreno fundamentalmente en este tiempo de redes y servicios de mensajerías. También un homenaje a aquellos periodistas que murieron y fueron blanco de la guerra en Ucrania. Hasta el año pasado estuvimos cubriendo la pandemia que nos paralizó, quién lo hubiera pensado (con asombro)

-¿Volverás a cubrir?

-Sí, pienso en volver. Es una tercera guerra mundial porque no sólo es Rusia y Ucrania sino que están involucrados otras potencias como la OTAN y EE.UU. Putin pensó que en dos o tres días tomaba Kiev y ponía un gobierno títere en lugar de Zelensky. La guerra ya va por cuarto mes y nadie sabe cuánto puede durar.

-¿Qué fue lo que más te impactó en lo personal?

-Siempre había cubierto guerras en contextos culturales muy diferentes al mío o al nuestro, como en Afganistán, Irak, Libia, caída de Khadafi. Era consciente que me miraban mi trabajo como mujer de manera totalmente extraña en culturas como la afgana. Ahora es diferente porque la guerra es en el corazón de Europa y no existe esa barrera cultura. Acá estás en Europa, a dos horas desde Roma a Moldavia y de ahí 100 kilómetros a Odessa donde está la guerra. Más allá de esta cercanía física, a nivel personal contaba esta realidad que la sentía muy cercana porque están los mismos bares, shoppings, cafés que ves en Buenos Aires. Es un país muy liberal, las mujeres vestidas de la misma forma que nosotras. Y también, pese a la guerra, te sentís un poco más de segura de que no podrás formar parte del conflicto a diferencia de otros donde podías ser víctima de un secuestro para obtener dinero. Pero las verdaderas víctimas de las guerras son civiles y lo más impresionante es que hay más civiles muertos que militares.

-¿Qué hechos te marcaron de la guerra?

-El éxodo de los civiles, la separación de las familias es como estar viendo las películas de la segunda guerra mundial. En particular como no se respetan leyes impuesta desde esa segunda guerra y que hoy constituyen crímenes de guerra. Es pavoroso ver la destrucción en alrededores de Kiev, por ejemplo, de hospitales, escuelas, farmacias. Es querer aniquilar la identidad de Ucrania. Algo impensado era el ataque a esos objetivos, por eso se refugiaban allí. Y los ataques ocurrieron y siguen ocurriendo, incluso contra las casas y las universidades también.

El país, el Papa y la profesión

-¿Cuál es tú mirada de Argentina?

-Es una pregunta difícil para mí ya que hace más de dos años que vuelvo a Argentina por la pandemia. Desde Europa se ven siempre las malas noticias de Argentina y parece estar muy lejos. Sin embargo, el país tiene mucha incidencia en cuestiones como el fútbol frente a la presencia de exitosos futbolistas en Europa o a través de las artes como la presencia argentina en la Bienal de Venecia y la literatura como la llegada de jóvenes escritores que están siendo traducidos y con mucho éxito. Argentina sigue siendo muy tenido en cuenta.

Elisabetta junto al Papa argentino en Roma

-¿Cómo juega la figura del Papa en la consideración para con nuestro país?

-Tenemos un Papa argentino, quizás incomprendido en su tierra por la manipulación que ha habido de su figura, y solo hay palabras de admiración para él. A los argentinos al llegar a Roma se los identifica con el Papa. Este Papa ha acercado a muchísima gente que no tenía nada que ver con El Vaticano. Francisco ha hecho que importantes líderes mundiales hagan fila para venir a verlo. La consideración de Argentina es muy importante por este Papa admirado y reconocido en todo el mundo.

-Te pido una reflexión final sobre el periodismo hoy y fundamentalmente a partir del uso de los nuevos medios y las nuevas tecnologías

-Son armas de doble filo. Por un lado, hemos visto exceso de información, incluso en la guerra, puede llevar a fake news y pueden ser mal usadas. Pero. Otra dimensión de las nuevas tecnologías es el alcance y las posibilidades de transmitir satelitalmente a través de un teléfono la guerra como lo hemos hecho a través de las crónicas en La Nación+ desde refugios o el subte de Kiev mediante imágenes y testimonios. Hay que saber usar estas nuevas tecnologías sin caer en operaciones y manipulaciones. El periodista primero tiene que ser buena persona y ser honesto con nuestra profesión, con nosotros mismos, con nuestros oyentes-lectores-televidentes.