Emanuel Barinaga tiene 18 años, vive en Funes, y hace muy pocos días ganó un concurso latinoamericano de piano online organizado en México por Vivace Studio. Lo hizo al interpretar la obra Sueños de Amor n°3 de Franz Liszt y Estudio Opus 25 n° 1 de Frédéric Chopin, las cuales grabó en un estudio rosarino y que luego envió para que sean evaluadas por un jurado de expertos.
Una pequeña confusión en las fechas de entrega del material casi lo deja afuera del concurso: “Pensé que faltaba un mes. Si bien hacía seis meses que le venía dedicando a estudiar esas obras, cuando me dijeron que sólo faltaban tres días para la entrega me puse muy nervioso. Después de grabarlas me volví en el auto muy enojado porque no me había gustado para nada cómo había salido y le dije a mi profesor que no me quería anotar. Pero él me incentivó, me dijo que había salido bien y lo hicimos”, contó en diálogo con Rosario3.
“Se ve que yo le buscabas los defectos y no veía las cosas buenas”, reflexiona ya con el resultado en la mano. Pero el visto bueno de que algo importante podía ocurrir lo tuvo ni bien envió el video. Es que los mismos organizadores del concurso le recomendaron que no se anotara en la categoría Amateur 1 sino que subiera un escalón hasta la Amateur 2, “ahí me di cuenta que tenía posibilidades”, reconoce.
Sentarse al piano y ser admirado por gente “del palo” fue casi una constante desde que comenzó. En rigor, los inicios fueron en un viejo piano de una de sus abuelas que había sido concertista y que si bien al comienzo no le despertaba demasiado interés, con el tiempo eso fue cambiando.
En esa primera instancia fue su primo quien le recomendó que vaya a un instituto de Funes a perfeccionarse: “Al principio era una diversión pero con el tiempo fui viendo que tenía talento. Una vez fui a Pianos Baldwin en Buenos Aires y ahí me escucharon y me dijeron que me lo tenía que tomar en serio. Hasta ese momento yo tocaba el piano eléctrico y después me pasé a uno de pared, de hecho cuando me lo fui a comprar en Rosario, también me escucharon tocar y me volvieron a recomendar que le meta en serio al estudio”, recordó.
Probó con varios profesores hasta que se quedó con Ricardo Ciutti, “él me cambió la forma de estudiar y en dos años me transformó, de ser un chico que tocaba 15 minutos por días pasé a estar cuatro o cinco horas”, dice y en su voz se nota la pasión que le pone: “Cuanto más te sentás, vas calentando, y más querés estar. En ese momento siento que no podría estar haciendo otra cosa. En épocas de parciales -cursa Derecho en la UCA- tengo que bajar las horas de estudio pero sino desde las 15 hasta que se haga la hora de cenar, estoy ahí”, confiesa.
Planes a futuro
Luego de ganar el concurso, le llegó una invitación para participar de otro organizado en Finlandia sobre el compositor local Johan Julius Christian Sibelius que se hace en octubre próximo. Además, planea ir a Austria a un concurso de Feurich, una de las principales marcas de piano del mundo, aunque llegar no está fácil: se anotan miles de pianistas del mundo y te tienen que seleccionar para poder participar.
“Tengo una meta muy clara en mi vida que es en algún momento llegar a tocar el concierto n°2 para piano y orquesta de Rachmaninoff, que es una de las obras más complicadas que hay”, proyectó.
Más acá en la línea de tiempo figura la participación en una martes class que se hace en Bariloche en el verano y también enseñarle a su otra abuela a tocar el piano. Es que cuando Emanuel arrancó a tocar, su abuela concertista decidió volver a su pasión, pero su otra abuela también quiso aprender de su nieto y hoy es su fiel alumna.