Memoria, Verdad y Justicia abrió sus puertas el 10 de marzo en el Centro Cultural La Toma. La iniciativa fue impulsada por Claudia Flores, activista por los derechos de las personas LGBTIQ+, madre y trabajadora municipal. El espacio está abierto para todo público y cuenta con una amplia carta de talleres para aprender distintos oficios y la posibilidad de vender lo realizado allí.
El local está abierto de 9 a 17 y ya cuenta con talleres de depilación láser para mujeres del colectivo trans, producción y venta de alcohol en gel, decoupage, encuadernación artesanal, producción de artículos de limpieza, souvenirs, bijouterie, confección y venta de trucadoras y barbijos. También, las organizadoras comparten todas las tardes una merienda entre las que asistan a los cursos.
“Nunca pensé que iba a poder disfrutar de derechos”, comentó Flores en una charla telefónica con Rosario3. Entre la emoción de ganar espacios y el amor por sus chicas, la activista contó que el 7 de abril ella será la encargada de dar un taller de depilación definitiva en el cual ya se anotaron 24 mujeres para capacitarse en esta actividad.
“Pretendemos capacitar a la gran mayoría de nuestras compañeras para que puedan formar su propio emprendimiento, el espacio es autogestivo lo mantenemos con el ingreso de los productos que vendemos”, en ese sentido explicó que cualquier persona puede tanto recibir las capacitaciones como también sumarse y comprar los productos en Tucumán 1349 local 4.
Flores destacó el acompañamiento de la Dirección de Diversidad Sexual, dependiente de la Secretaría de Género y Derechos Humanos, y a la Dirección General de Economía Social, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat.
Memoria, Verdad y Justicia funciona de lunes a viernes y la inscripción para sus talleres y capacitaciones es a través del 341-6045745.
Lo debemos como sociedad
Entre las estadísticas más importantes nos encontramos con que el promedio de vida del colectivo travesti-trans no supera los 40 años. En ese sentido, la Fundación Huésped y ATTTA (Asociación de Travestis Transexuales y Transgéneros de Argentina) afirman que el 70% tuvo que abandonar la secundaria debido a la estigmatización sumado a la expulsión temprana de sus hogares.
En esta línea, la mayoría de las investigaciones coinciden en que el 80% de las mujeres travestis o trans trabajan en la informalidad, ya que manifestar la identidad auto percibida lleva a la imposibilidad de acceder a trabajo formal.
“Fuimos perseguidas, huimos de casa, sufrimos violencia de todo tipo en manos de la policía, sufrimos muchísimas situaciones horribles siendo menores. Nadie nos regala nada, todo siempre lo conseguimos con trabajo. No pensé nunca que iba a poder disfrutar de derechos. Muchas compañeras tienen necesidades básicas como vivienda, trabajo”, comentó.
Esta histórica militante y activista nació en Mendoza y llegó a Rosario en busca de oportunidades. Si bien atravesó momentos muy complicados hoy en día su situación es otra. Mamá de dos pequeños, líder militante y trabajadora lucha para que las y los integrantes del colectivo puedan revertir su situación.