A Paulo Morales todavía le dura la emoción. Ya han pasado algunos días de lo que vivió con su hijo Julián en el autódromo de Buenos Aires, pero sigue con la voz entrecortada y la mirada iluminada. Es que gracias al primer palco sensorial móvil del mundo, inaugurado en el Turismo Carretera, pudo presenciar una carrera junto a su hijo con autismo y otras familias en condiciones similares, algo que hasta ahora parecía imposible.

“Formamos parte de un hecho histórico, porque es la primera vez en el mundo que un palco sensorial puede ser trasladado. Con nuestro hijo Julián, que tiene autismo, fuimos por primera vez a ver una carrera. Y la emoción nos dura todavía: volvió al colegio y les contó a sus compañeros la experiencia, les mostró todos los regalitos que se llevó, y hablamos mucho de la experiencia”, relató.

La iniciativa, impulsada por TEActiva (una Asociación Civil sin fines de lucro que  trabaja en concientización e instalación del autismo en la agenda pública), replica lo que ya hicieron clubes de fútbol como Instituto de Córdoba, River e Independiente, pero con una novedad: el espacio fue diseñado dentro de un contenedor adaptado para poder recorrer todos los autódromos del país. Allí, los chicos disfrutan de una cabina insonorizada y de la compañía de profesionales terapéuticos que los ayudan a regular sus emociones y divertirse.

 

“No es integración, es convivencia”

Morales insiste en que cada palco sensorial es mucho más que un refugio: “Yo digo que es una experiencia 360: es muy completa. Hay un punto de encuentro cerca del autódromo donde nos juntamos todas las familias como si nos fuéramos de excursión. Los chicos hacen juegos, actividades en grupo. Todo se prepara para que lo pasen bien, porque si eso sucede van a querer volver. Y si quieren volver, tenemos niño feliz y familia feliz”.

Pero más allá de la potencia que el tema adquirió en la agenda pública gracias al trabajo de referentes como Rodrigo Rey, arquero de Independiente, Morales advierte que la verdadera inclusión todavía está en construcción: “Podemos seguir pensando que hay que darles a estas personas un espacio como un concepto de integración. Pero lo que tenemos que buscar es la convivencia. No es que los incluyo un rato y después vuelven a su mundo. Hay un solo mundo, y lo mejor es que aprendamos a convivir”.

El desafío para Rosario

Tras las experiencias en Córdoba, Buenos Aires y Avellaneda, desde TEActiva ahora miran hacia Rosario. Morales lanzó un desafío concreto a los clubes de la ciudad, que si bien han apoyado campañas de concientización para niños con neurodivergencias, aún no tienen un espacio en sus estadios para que los pequeños con esa condición puedan disfrutar de un partido: “Les pido a ustedes que hablen con los clubes de Rosario -les dijo Morales a los periodistas del programa Punto Medio, de Radio 2-.  Que compitan entre ellos a ver quién hace primero el palco sensorial. Que lo hagan con cualquier ONG, no nos importa cuál. Lo importante es que la concientización del autismo llegue a todos lados. Falta Rosario”.

El trastorno del espectro del autismo (TEA) es una condición del neurodesarrollo que afecta la configuración del sistema nervioso y el funcionamiento cerebral. Se caracteriza por dar lugar a dificultades para la comunicación e interacción social y para la flexibilidad del pensamiento y de la conducta de la persona que lo presenta. Según estadísticas de TEActiva, 1 de cada 36 niños argentinos tiene diagnóstico TEA: es decir, más de un millón de personas.

El autismo se presenta de manera diferente, pero quienes conviven con él comparten, con mayor o menor intensidad, dificultades en el desarrollo de las habilidades sociales y comunicativas. Algunas personas presentan alteraciones en el procesamiento de los estímulos sensoriales mostrando, en ocasiones, hiper o hipo reactividad a los mismos. Esto se puede manifestar en malestar intenso ante determinados sonidos, olores, luces, sabores o texturas específicas, que pueden pasar desapercibidos o no incomodar a otras personas, como los que pueden percibirse en un autódromo un día de carrera. Por eso, la confección de espacios como los palcos citados les permiten disfrutar de la actividad sin provocarles estrés o sufrimiento.