Sebastián Estévez, referente de la Cámara de Estacioneros de Rosario, expresó este martes que, si las petroleras cumplen con lo pautado en su plan para regularizar el abastecimiento de combustible, la situación “de a poco se va a ir normalizando, pero va a llevar tiempo”

Explicó en De 12 a 14 (El Tres) que el “desabastecimiento sigue existiendo” en la ciudad y la región porque hay estaciones donde los camiones descargan una cantidad limitada de nafta y esto los obliga, luego, a vender por cupos. 

La Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) confirmó este martes que se viene produciendo “un incremento en la provisión de combustibles” en todo el país, en los términos indicados por las petroleras en su plan.

“Al no tener tanto combustible puede vender una determinada cantidad y al tiempo queda desabastecida nuevamente”, aclaró en relación a una situación que puede variar de una estación a otra. Y agregó: “Todas trabajan por cupos. A las estaciones les entregan una determinada cantidad por mes”. 

Estévez remarcó que el problema no es nuevo en el interior del país y que se lo han manifestado en reiteradas ocasiones a la secretaria de Energía de Nación, Flavia Royón, pero que recién ahora, cuando el conflicto escaló en Buenos Aires, tomó trascendencia nacional. 

Sobre cuándo podría resolverse, expresó que si las petroleras “cumplen con lo estipulado y los buques descargan en las distelerías” la situación tenderá a normalizarse. “Pero va a llegar un tiempito”, avisó. 

“El viernes pasado la secretaría de Energía se comprometió a la importación de diez buques. El finde semana tres busques ya descargaron y se está distribuyendo a lo largo y ancho del país”, sostuvo. 

Paciencia con los playeros


 

El representante de la Cámara de Estacioneros también solictó a formadores de opinión y actores económicos “transmitir un mensaje de tranquilidad y paz social” en las estaciones de servicio porque mucha gente toma de punto a los playeros por el faltante o la limitación para cargar. 

Dijo que las rispideces “fueron mínimas, pero hubo algunas situaciones incómodas” que no pasaron a mayores.