El Telescopio Espacial James Webb de la Nasa capturó una nueva e impresionante imagen de uno de los objetos más reconocibles en el cielo nocturno. Las nuevas imágenes muestran más de la famosa nebulosa. La imagen esconde un gran secreto: ocultas dentro hay estrellas recién nacidas envueltas en capullos de polvo y gas.
El capullo de materia da origen a las estrellas y reveló mucho sobre el proceso de formación de las estrellas y los sistemas planetarios. "Estamos impresionados por las impresionantes imágenes de la Nebulosa de Orión", dijo Els Peeters, astrofísica de la Universidad Occidental de Ontario y una de las colaboradoras canadienses de JWST. "Comenzamos este proyecto en 2017, por lo que hemos estado esperando más de cinco años para obtener estos datos".
Si bien los científicos están estudiando la nebulosa desde hace décadas, James Webb ofreció la oportunidad de verla bajo una nueva luz. Las imágenes muestran estrellas en varias etapas de desarrollo con mayor claridad que nunca. También dan una mirada más detallada a los "filamentos" y las nubes de gas que los astrónomos creen que son el lugar de nacimiento de las estrellas.
Los científicos esperan usar las observaciones de James Webb para profundizar en la formación de estrellas y, en última instancia, en cómo surgió nuestro universo. "Estas nuevas observaciones nos permiten comprender mejor cómo las estrellas masivas transforman la nube de gas y polvo en la que nacen", dijo Peeters.
"Las estrellas jóvenes masivas emiten grandes cantidades de radiación ultravioleta directamente en la nube nativa que aún las rodea, y esto cambia la forma física de la nube, así como su composición química. "Todavía no se sabe bien cómo funciona esto con precisión y cómo afecta la formación de estrellas y planetas".
La Nasa lanzó las primeras imágenes de nuestro universo de James Webb, que tiene aproximadamente la mitad del tamaño de un avión 747, en julio. Desde entonces, el telescopio capturó impresionantes instantáneas de supernovas, exoplanetas y las luces del norte y del sur de Júpiter.
James Webb, que fue construido con la ayuda de la Agencia Espacial Europea, puede ver más profundamente en el espacio que cualquier telescopio anterior.Eso le permite mirar hacia atrás en el tiempo de manera efectiva al ver la luz que ha tardado miles de millones de años en llegar a nuestro planeta. Los científicos esperan que estas observaciones amplíen nuestra comprensión del universo primitivo.