El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el pasado martes una prohibición total e inmediata de las importaciones de petróleo, gas natural licuado y carbón rusos. Lo que no se sabe hasta ahora es cómo responderá a las nuevas sanciones el presidente Vladimir Putin, quien advirtió a Occidente que podría cortar el suministro de gas a varios países, lo que plantea la incógnita: ¿cuánto depende el mundo del petróleo y el gas rusos?
Según publicó BBC Mundo, el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, dijo que si se anunciaba un rechazo a su petróleo, el bloqueo tendría "consecuencias catastróficas para el mercado mundial" y que Moscú podría cerrar su principal gasoducto a Alemania.
Europa, pero especialmente Alemania, depende del gas ruso, por lo que es vulnerable a cualquier restricción en el suministro.
De hecho, el gas ruso representa cerca del 40% de las importaciones de gas natural de la Unión Europea. Eso hace que el bloque sea muy vulnerable.
La tensión escala a medida que Rusia intensifica su ofensiva bélica. El bloqueo de EE.UU. al petróleo y el gas ruso está acompañado por medidas semejantes adoptadas por sus aliados.
Reino Unido anunció también este martes que eliminará gradualmente "la importación de petróleo y productos petroleros rusos para fines de 2022".
Por su parte, la Unión Europea (UE) dijo que planea cortar en dos tercios las importaciones de gas ruso para el final de este año y cortar su dependencia de este de forma definitiva para 2030, informó la BBC.
Estas decisiones se suman a una serie de sanciones económicas y financieras impuestas por Occidente en las últimas semanas.
Entre ellas está la prohibición de hacer o recibir transferencias internacionales a través del sistema de pagos globales Swift, la limitación de acceso de los bancos rusos a créditos internacionales y la paralización de los activos del Banco Central de Rusia y de algunos bancos públicos y privados.
Lo que no había ocurrido era el siguiente paso: la aplicación de sanciones a las exportaciones energéticas rusas.
América Latina
Aunque América Latina tiene una muy baja relación comercial directa con Rusia, el incremento del precio del petróleo a nivel global amenaza con afectar el crecimiento económico y escalar la inflación en la región.
"Un mayor precio en el petróleo va a tener implicaciones tanto del lado de la oferta como de la demanda. Existen envíos muy limitados de crudo ruso a la región latinoamericana, pero evidentemente cualquier disrupción en la oferta global tiene impacto en el resto de los crudos", le explica a BBC Mundo Ixchel Castro, gerente para Latinoamérica de Petróleos y Mercados de Refinación de la consultora Wood-Mackenzie.
Que el precio del petróleo suba, como lo ha venido haciendo desde que comenzó la guerra, no es necesariamente una buena noticia para América Latina.
Brasil y México son los principales productores en el continente, mientras Venezuela, Ecuador, Colombia y Argentina también producen, aunque en menor medida.
"Para ellos es bueno que el precio suba, pero en realidad no lo es tanto", le dice a BBC Mundo Fernando Valle, analista senior de petróleo y gas de Bloomberg Intelligence en Nueva York.
"Por más que empresas estatales como Petrobras (Brasil) o Pemex (México) tengan más dinero, no es suficiente para poder reducir el impacto hacia el consumidor. Y para los gobiernos es muy importante que no suban tanto los precios", agrega.
Frente a lo anterior, es importante tener en cuenta que muchos países productores necesitan igualmente importar gasolina. Es el caso de México, que se ve obligado a importar gasolina desde Estados Unidos porque no tiene la capacidad de refinación necesaria para abastecer su demanda interna.
"La región sigue teniendo la materia prima, pero no la capacidad de refinería que necesita para suministrar su demanda doméstica. Y, por lo tanto, sigue importando", explica Castro.