El endurecimiento de medidas punitivas contra palestinos implicados en ataques y su entorno son parte clave de la estrategia del Gobierno israelí de Benjamín Netanyahu para aplacar la nueva escalada de violencia en la región, mientras despliega también tropas sobre terreno para reforzar la seguridad.

Tras una primera reunión el sábado a la noche, el Gabinete de Seguridad israelí se encontró de nuevo este domingo para perfilar su plan de actuación ante el repunte de tensión actual.

Entre otras cuestiones, prevé impulsar un proyecto de ley para revocar la residencia de atacantes palestinos de Jerusalén Este ocupado. Serían expulsados a zonas de Cisjordania ocupada bajo autogobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

El Ejecutivo también anunció que aplicará medidas para que se pueda despedir a trabajadores "que han apoyado el terrorismo" sin necesidad de que el despido se valide en una vista judicial.