El sueño de algunos de crear híbridos entre animales y humanos a generado muchos experimentos con embriones a partir de células madre humanas. Son los llamados "humanimales". Ahora un gobierno, el japonés, los apoya expresamente.

El gobierno japonés dio luz verde para que el científico Hiromitsu Nakauchi, que lidera grupos de investigación de la Universidad de Tokio (Japón) y Stanford (Estados Unidos) pueda desarrollar órganos humanos en animales a raíz de células madre humanas, publica la BBC.

En otros países intentos de cultivar células humanas en embriones de ratón, rata y hasta de oveja para luego trasplantar esos embriones en animales sustitutos fueron interrumpidos por trabas legales o por falta de éxito del ensayo.

El mes de marzo, tras previa solicitud del equipo de Nakauchi, el ministerio de Educación y Ciencia japonés emitió nuevas pautas en torno a la investigación con células madre que permiten la creación de embriones humano-animales que pueden ser trasplantados en animales sustitutos.

Nakauchi asegura que el cambio ya le permite avanzar en sus investigaciones, cuyo objetivo final, asegura, es producir órganos humanos de los los que hay escasez, como el páncreas, y que una vez desarrollados puedan ser trasplantados de un animal a una persona.

Nakuchi defiende que el experimento está diseñado para que "las células madre solo vayan al páncreas" y que además no intentará, de primeras, trasplantar ningún embrión híbrido, sino que primero cultivará embriones de ratones híbridos por un periodo de unos 14 días, cuando ya casi todos los órganos del animal estén formados.

El investigador Jun Wu, de la Universidad de Texas (Estados Unidos), asegura que es inútil llevar a término embriones híbridos humano-animales utilizando especies evolutivamente distantes como cerdos y ovejas porque "las células humanas serán eliminadas en la fase inicial del experimento".

Esta semana justamente, el diario español El País publica el adelanto del trabajo de un grupo de científicos españoles que aseguran haber creado quimeras de humano y mono en China, pero todavía faltan por conocerse muchos de los detalles hasta que el resultado del experimento se publique.