Una joven rosarina contó en redes sociales la tensa situación que le tocó vivir el domingo por la noche cuando tomó un Uber para regresar a su casa. Pese a que el recorrido tenía como destino final Mendoza y Oroño, en un momento el conductor desvió el trayecto y subió a la autopista rumbo a Roldán. Su madre, que la seguía por la aplicación, se percató del cambio de rumbo y fue a su encuentro con un patrullero. Según pudo averiguar Rosario3, después de la intervención policial el chofer no quedó detenido y la madre de la joven radicó la denuncia al día siguiente en un Centro Territorial.
En el descargo que hizo en sus redes Azul contó que, pese a que le pedía al chofer que frene y le diga dónde estaban, el hombre se reía y no le quería decir por qué estaban yendo en sentido contrario al destino que habían marcado en la plataforma. Como el servicio lo habían contratado desde el teléfono de su madre, fue ella la que notó el desvío y rápidamente dio aviso a la policía y salió con un móvil policial al encuentro con su hija.
“Hoy mi mamá me pidió un Uber para ir a mi casa, el Uber tomó otra ruta. Se desvió a la autopista y seguía manejando por la ruta. Me estaba llevando para Roldán, le dije que estaba asustada, que me quería bajar, mi mamá me estaba llamando porque se dio cuenta que el Uber tomó otro destino”, relató la joven en sus redes.
De acuerdo a su publicación, ante la insistencia de querer bajarse del auto, el conductor “se reía y seguía manejando”. “Me decía que no pasaba nada. El tono que tenía cuando hablaba era lo que más miedo me generó”, sostuvo.
“Me bajé en la ruta, tuve que pedirle por favor que frene porque no quería frenar. Quería que vuelva a subir al auto, después me pidió el teléfono (claramente no se lo di), le pregunté qué dirección tomó para avisarle a mi mamá, no me quería decir qué calle agarró”, agregó.
Unos minutos después de que Azul se bajó en la autopista llegó hasta el lugar su mamá con un móvil policial. Según sostuvo la joven en su descargo, mientras el agente lo interrogaba, el chofer se les reía y les decía que él también iba a llamar a la policía. “Los estaba agarrando para la joda. En el baúl tenía un machete y varias herramientas”, añadió.
“No puedo decir con certeza qué tipo de intención tenía, lo único que puedo decir es que me generó miedo, que no me dio seguridad ni tranquilidad con sus actitudes, que era sospechoso, y presumo que estaba bajo algún efecto de alcohol o drogas”, remarcó Azul.
Después de la pésima experiencia, la joven pidió a todos los usuarios de esta aplicación, que aún no es legal en Rosario, que estén atentos: “Solo digo esto para que tengan cuidado, para que presten atención. Fue un llamado de atención para mi que no estaba atenta a la calle, a la ruta, y si mi mamá no hubiese pedido el Uber y tenía ella la dirección, no sé como hubiese terminado la situación”, concluyó.