Ronald Wayne es un ingeniero de 87 años que formó parte de los comienzos de Apple. Fue el tercer fundador de la firma tecnológica junto a Steve Jobs y Steve Wozniak, pero antes de que la empresa comenzara a tener éxito, decidió retirarse del proyecto y vendió sus acciones, decisión de la cual aseguró no estar arrepentido.
A sus 41 años, Wayne trabajaba en Atari en donde no solo conoció a Steve Jobs, sino que llegó a ser su mentor y quien le daba recomendaciones cuando al famoso creador de Apple se le ocurrían ideas, según un artículo de la BBC.
En una ocasión, Jobs le pidió que lo ayudara a convencer a Wozniak, que trabajaba con ellos en proyectos para crear computadoras para empresas que fueran más pequeñas. El objetivo era que se sumara a su nuevo emprendimiento.
Wayne lo invitó a su casa a charlar y juntos lo convencieron de sumarse al proyecto de lo que, con el tiempo, se convertiría en la empresa más valiosa del mundo. "Estaba ansioso por que Wozniak entrara en el proyecto. Pero él, caprichoso, solo quería hacer cosas que le divirtieran", recordó Wayne en una entrevista con el medio británico.
Afirmó que en tan solo 45 minutos lo hizo cambiar de idea, y fue en ese momento que Jobs les propuso formalmente crear Apple. Jobs y Wozniak tendrían un 45% cada uno y Wayne el 10%, con el encargo de ser la voz de la razón en caso de cualquier disputa.
Pero apenas 12 días después, Wayne vendió su parte de la empresa por solo 800 dólares. Y la pregunta es ¿Cuánto vale un 10% de Apple actualmente? Aproximadamente 234.000 millones de dólares.
Según confesó el fundador menos conocido, su decisión de vender todavía tiene sentido: "Si la compañía se hundía, teníamos que responder personalmente de las deudas. Jobs y Wozniak no tenían ni siquiera dos centavos. Yo tenía una casa, una cuenta bancaria y un coche ¡Podían atraparme!". Así, Wayne les dijo que quería ayudarles donde pudiera, pero que ya no podía formar oficialmente parte de la compañía.
Su contribución antes de despedirse formalmente de la empresa fue crear el primer isologo de Apple, un dibujo mostrando al científico Isaac Newton sentado bajo un manzano, que finalmente Jobs descartó después.
A la pregunta de la BBC sobre si se arrepentía de su decisión, Wayne respondió: "Habría terminado barajando papeles en un rincón del edificio de la compañía por los siguientes 20 años de mi vida. Ése no era el futuro que quería". Y continuó: "Si el dinero fuera lo único que quisiera había muchas otras maneras de conseguirlo. Pero para mí era mucho más importante hacer algo que me motivara".
El presente del tercer fundador de Apple
Wayne vive jubilado en un pequeño pueblo de Pahrump, Nevada. Y, aún hoy, sigue teniendo seguidores que lo recuerdan por su fugaz etapa en Apple.
El ingeniero tiene una página web propia donde vende merchandising de su breve paso por la empresa: allí se consiguen desde tazas y remeras con el viejo logo diseñado por él, hasta réplicas certificadas del contrato de Apple.