Un joven de 22 años sufrió graves heridas tras ser embestido por un toro de 695 kilogramos durante su debut en la Plaza de Toros de Campo Pequeño, en Portugal, y murió en un hospital de Lisboa

La tragedia ocurrió el último viernes, durante una corrida celebrada por la noche ante casi 7.000 espectadores, y la muerte se confirmó el sábado. Manuel Maria Trindade intentó ejecutar una sujeción cuerpo a cuerpo tradicional de los forcados —como se conoce a los mozos que participan en las corridas de toros portuguesas—, pero en un momento de indecisión fue embestido por un toro y lanzado violentamente contra las tablas.

El impacto lo dejó inconsciente y sufrió graves lesiones en la cabeza, que luego le causaron la muerte. El momento de la embestida quedó filmado.

Según publicó el medio Touro e Ouro, tras ser atendido inicialmente en la enfermería de la plaza, el joven fue trasladado al Hospital de San José, donde ingresó en coma inducido. Pese a los esfuerzos médicos, las lesiones cerebrales resultaron irreversibles y falleció en la madrugada del sábado.

La noticia conmovió al mundo taurino portugués. Trindade era considerado una joven promesa dentro de los forcados y su fallecimiento despertó un alud de mensajes de pesar de compañeros, aficionados y figuras del toreo.

La Asociación Nacional de Grupos de Forcados (ANGF) lamentó “profundamente” la muerte de Trindade y expresó sus “más sentidas condolencias a la familia de Manuel, a todos sus amigos y al Grupo de Forcados Amadores de São Manços”.

“Que el recuerdo y el ejemplo de valentía de Manuel María Trindade permanezcan vivos en el corazón de todos los que lo conocieron y admiraron”, escribieron en un comunicado compartido en su perfil de Facebook.

El debate sobre las corridas de toros en Portugal


Este incidente reavivó el debate sobre la continuidad y legitimidad de los espectáculos taurinos en Portugal. Aunque el parlamento había rechazado prohibir estas prácticas en 2018, manteniéndose dentro del marco de la tradición cultural, voces animalistas y partidos de izquierda renovaron sus pedidos de abolición.

Los defensores, en cambio, remarcan que se trata de una expresión histórica y un símbolo de identidad nacional.

En la corrida portuguesa, a diferencia de la española, el toro no muere en el ruedo. El objetivo de los forcados es detener al animal sin herramientas ni capa, aunque el rodeo conlleva riesgos significativos.

El partido Personas-Animales-Naturaleza (PAN) presentó un proyecto de resolución en la Asamblea de la República que propone la suspensión inmediata de los espectáculos taurinos en ese espacio y su conversión en un recinto polivalente para la práctica deportiva y cultural.

El documento, firmado por la diputada Inês de Sousa Real, considera que la tragedia presenciada por cientos de personas, incluidos niños, confirma que las corridas de toros son una actividad “anacrónica y violenta”, que pone en riesgo la vida de humanos y animales.

Por su parte, Alzira Beringel —madre de Trindade— recurrió a Facebook para compartir una carta abierta contra el PAN. “Mi hijo pertenecía a un grupo de hermanos que llevan chaqueta con honor, con valentía. Estos grupos nunca hacen daño a un toro, ¡lo manejaron con arte!”, escribió.

Berigel reprochó a los grupos contra las corridas de toros por considerar a Trindade “un animal". "Por qué no critican a los corredores de Fórmula 1, boxeadores, esquiadores, amantes del rappel, tantos deportes que ponen en peligro la vida del animal racional”, remarcó.