Las históricas Polladas de Pérez fueron declaradas patrimonio cultural inmaterial de la Argentina, según una resolución del ministerio de Cultura de la Nación que reconoce a esta práctica popular como parte del acervo identitario del país.
El reconocimiento fue incorporado al Relevamiento de manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial, una base de datos nacional que reúne expresiones identificadas por comunidades, instituciones o referentes locales. El programa, vigente desde 2016, tiene como objetivo favorecer el reconocimiento, la difusión y la salvaguardia de tradiciones vivas que fortalecen la cohesión social, se transmiten entre generaciones y forman parte de la vida cotidiana.
Una tradición con sabor a pueblo
Las "Polladas de Pérez" son mucho más que un evento gastronómico: desde mediados del siglo XX, los habitantes de la localidad participan de una u otra manera en esta celebración solidaria “del pueblo para el pueblo”. Suelen organizarse para reunir fondos destinados a una causa puntual —como la construcción o mejora de instituciones, la compra de herramientas o el tratamiento médico de un vecino— y pueden convocar entre 500 y 2.000 comensales.
La organización requiere entre 15 y 50 personas, que se dividen tareas como la preparación del plato, la ambientación del lugar, el servicio y la limpieza. En cada edición se cocinan dos clásicos: arroz con pollo o menudos, y pollo a la parrilla con ensalada, elaborados artesanalmente por un “equipo pollero” con recetas transmitidas de generación en generación.
Además de la comida, las polladas incluyen números artísticos, juegos y reconocimientos. El público suele llevar sus propios utensilios, bebidas, reposeras y equipos de mate, para compartir una jornada que se extiende durante varias horas y combina solidaridad, entretenimiento y pertenencia.
Según el músico y gestor cultural Sebastián Viamonte, quien impulsó la postulación, las primeras Polladas de Pérez surgieron para construir la escuela Fátima, ante la falta de colegios secundarios en la zona. Desde entonces, se mantienen como un símbolo de identidad comunitaria en una ciudad moldeada por el ferrocarril, los oficios y el trabajo colectivo.
Con esta declaración, las Polladas de Pérez se suman al listado de manifestaciones reconocidas por el Estado argentino como patrimonio cultural inmaterial, en el marco de los compromisos asumidos por el país al ratificar la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO (Ley 26.118).