Hay un alto en el partido de vóley en la cancha del club del Parque y mientras se refrescan tras haber jugado al sol, un grupo de chicos y chicas se dispone en ronda a hablar de política.

A Josefina (12 años, 7º grado, colegio La Salle) le molesta el humo que la ahoga esa tarde, a Sofía (del Edmundo de Amicis) también le preocupan los incendios de las islas. En cambio, Nicole (11, 6º, Dante Alighieri) cree que el problema más importante es la economía y Tomás (13, 7º, Adoratrices) no tiene dudas: la pobreza.

A los políticos los conocen poco y nada, “al presidente (Alberto Fernández)”o a “(el intendente Pablo) Javkin por los afiches de la campaña”. Saben de las noticias por alguien de casa, “por la radio o cuando está prendida la tele en lo del abuelo”.

Tommy espera llegar a la secundaria para leer más y poder participar, Nicky se inclina por las cuestiones de género y las minorías, las otras dos niñas piensan más en el  futuro del ambiente.

A su turno, Valentino (11, 6º, Colegio Alemán) muestra los videos que edita para subir en YouTube explicando los alcances de la guerra entre Rusia y Ucrania. Es un fanático de la política internacional a través de los videojuegos y la historia de la Segunda Guerra Mundial.  Y le inquieta saber hasta dónde puede llegar el conflicto bélico de estos días, además de la inseguridad que se vive en la ciudad.

En el mes de las infancias, los niños y las niñas tienen una vinculación con la política que va mucho más allá de lo partidario o de lo que se puede entender comúnmente como "lo político". Hoy les preocupa y hablan de cuestiones en un sentido más amplio de la política, más relacionado con lo social, los conflictos internacionales, la seguridad, las minorías sexuales, el bullying o el ambiente, entre otros.

Casa, escuela y la plaza

 

El vínculo con la política en la niñez se da desde tres lugares, según la doctora en Ciencia Política, Lourdes Lodi: la casa, la escuela y el espacio público. “En el hogar es donde se forman los primeros vínculos que  forman parte de la herencia familiar respondiendo incluso a discursos de sus padres. En la escuela se los hace participar de los actos patrios vinculándolos a las figuras políticas o próceres que son los primeros referentes en temas como independencia, soberanía, libertad o conquista de derechos. Y tercero el espacio público, allí los chicos son objeto y sujeto de políticas públicas donde aprenden de la necesidad del cuidado de una plaza, el respeto a las normas de tránsito, o el compartir y cuidar el espacio de todos”, explica.

En la actualidad los más pequeños tienen al alcance de la mano la información a través de las redes sociales y otras plataformas que requieren de la intervención de los adultos a la hora de entender el mundo que los rodea. Sin lugar a dudas, hay hechos políticos que marcarán la vida de esos niños. Como a Lodi le pasó con los levantamientos carapintadas, a más acá en el tiempo con los atentados a la Embajada de Israel o la Amia, y hoy con la guerra en Ucrania, “los niños toman conciencia que hay hechos que pasan más allá de la casa, la escuela o el club. Y es allí donde aparece el para qué de la política” , completa.

El papel de las redes

 

Por su parte, el docente y dirigente del sindicato de maestros particulares (Sadop Rosario), Martín Lucero, cree que “hay un evolución en la participación de los chicos en una edad más temprana que la nuestra cuando teníamos esa edad”. Y cuenta que “es muy común que los chicos de quinto grado como mi hija planteen cuestiones vinculadas al aborto por ejemplo, algo que antes no se nos hubiera ocurrido. Y eso tiene que ver por el acceso a la información que antes no teníamos como las redes sociales o YouTube”.

“La escuela tiene que trabajar el sentido crítico sobre qué hacemos y qué no hacemos. Una cosa es lo que piensan en casa y otra lo que hacemos en la vida social. Hay que respetar las instituciones y la democracia, hay que filtrar discursos de odio que se meten por la redes para que no se naturalice la agresividad. Los más chicos están más en TikTok. A partir de eso, ellos expresan ideas. No hay que cercenarlas, hay que escucharlas y darle el tratamiento que corresponde. Eso se da en la mayoría de los colegios aunque cambia mucho según la ubicación geográfica en cuanto a la mirada de los problemas. La escuela no puede dar la misma respuesta como cuando éramos alumnos”, opina el dirigente.

Lucero encuentra una definición sobre la generación de los que no superan los 12 años de vida: “Ya son los nietos de la democracia y tienen una noción más clara de la libertad y de cómo se trabaja desde la escuela”.

El rol de la educación

 

Sobre el rol de la educación a la hora de la constitución de las infancias como sujetos políticos, el secretario provincial del área, Víctor Debloc, sostiene que “los niños preguntan por lo justo, lo igual, por la distribución, por la participación. Esas preguntan configuran la condición ciudadana y esas nociones llegan a la escuela y está bueno que puedan trabajarse. La clave es la enseñanza de los derechos y los sistemas de protección a la identidad, la expresión, la vivienda o al juego. Llevar adelante experiencias solidarias y de fraternidad y desarrollar en los grados superiores los buenos principios como la libertad o la autonomía”.

El funcionario destaca que “también en la escuela los niños toman conocimiento del Estado y lo público como lo son también el registro civil, el centro de salud o la plaza. Además, hay rituales definidos como los actos patrios, cantar el himno, la promesa de lealtad a la bandera donde se aborda lo político en el marco institucional”.