Una espeluznante leyenda japonesa afirma que el alma de una niña está atrapada para siempre dentro de una muñeca "Okiku" y tiene cabello que nunca deja de crecer. La extraña historia sobrenatural se remonta a 1918.
"Okiku" es una muñeca japonesa envuelta en mitos y leyendas y algunos creen que incluso contiene propiedades míticas.
Según la leyenda, un japonés de 17 años llamado Eikichi Suzuki compró la muñeca como regalo para su hermana pequeña con la intención de alegrarla ya que estaba muy enferma y débil. Okiku se emocionó nada más verla y a partir de ese momento se convirtió en su mejor amiga y con la que pasaría sus últimos días de vida.
Suzuki comenzó a tratarla como si fuera su propia hermana, alimentándola y durmiendo con ella hasta que ocurrió una tragedia y la Okiku de la vida real fue abatida y murió después de un ataque de malaria. Se dice que la niña "murió sin aliento, con dolor y miedo", todo mientras su muñeca especial "estaba firmemente sujeta".
A pesar del afecto de Okiku por su amada muñeca, no fue enterrada junto a ella y, en cambio, fue colocada en un pequeño santuario familiar.
Según la leyenda, muy poco parecía estar fuera de lo común después de la tragedia, hasta que, según los informes, el cabello de la muñeca comenzó a crecer.
La primera reacción de la familia fue de terror, no entendían nada de lo que estaba ocurriendo pero intuyeron que el espíritu de su hija estaba ahora en el que fue su juguete favorito.
La muñeca ahora se encuentra en el templo de Mannenji. La familia se mudó en el año 1938 y decidieron llevar esta muñeca a un templo donde podrían encargarse de ella y cuidarla, puesto que para la familia seguía siendo un símbolo importante porque representaba aún el espíritu de su hija.