Las luces del escenario se apagan y suena el llamado a las masas que emana de un cuerno antiguo, como de un ritual tribal pero digital, porque lo amplifican los parlantes y la imagen del instrumento se reproduce en la pantalla principal, detrás del vocero presidencial Manuel Adorni y de los candidatos de distintas provincias en este cierre de campaña nacional de La Libertad Avanza (LLA) en Rosario. Ellos, unos 20, junto a Karina Milei, que sigue siendo “El Jefe”, y el local, Agustín Pellegrini, esperan arriba. El protagonista central, según anuncian las miradas al horizonte, bajará desde arriba de las escalinatas del Parque España, frente al río Paraná.

No es la primera vez que el presidente Javier Milei ensaya este ingreso, es cierto, pero el desafío del plano oblicuo del terreno y el riesgo de los escalones promete una tensión adicional. Milei salió hace un rato del hotel Ross Tower, apenas a dos cuadras de distancia. En lugar de subir al escenario como los otros, lo hace desde la cima en esta noche de jueves en que la tormenta es una amenaza.

Son las 20.15 y hace casi una hora que el sector más nutrido de Las Fuerzas del Cielo anunció su arribo de la misma manera. Primero aparecieron los estandartes de color bordó, después el humo rojo y entonces los militantes, la mayoría jóvenes pero no todos, armaron una especie de corredor hacia abajo. Se entrelazaron los brazos para crear un pasadizo. Uno tenía un casco y un escudo como si fuese un antiguo caballero ante un duelo. El resto de los presentes a esa hora, cuando el lugar todavía no estaba repleto, se encendió como cuando una barra brava de un club de fútbol ingresa a la popular.

Cantaron: “Saquen al pingüino del cajón para que vea, que los pibes cambiaron de idea, llevan las banderas que trajo el león”. Se sumaron sobre todo los que se ubicaron abajo, cerca del escenario: la militancia que vino desde provincia de Buenos Aires, Córdoba y el resto de Santa Fe. Los de las escalinatas, que parecen haber llegado caminando desde el centro de la ciudad, es una clase media que hace notar su desprecio al kirchnerismo y al "comunismo", pero no responde a todas las consignas. 

Ahora son las 20.20 y la promesa de Milei bajando desde arriba se demora. Se miran las caras Adorni y Diego Santilli, el ex tercer candidato en provincia de Buenos Aires que trepó al primer lugar por el narcoescándalo de José Luis Espert. Se hacen señas, como si no hubiera lugar para que el presidente camine por ahí. Luis Petri, ministro saliente y candidato en Mendoza, baila y canta ajeno a cualquier preocupación. El ya clásico tema de La Renga se repite una y otra vez y la irrupción no ocurre. La exvedette Virginia Gallardo, aspirante a una banca por LLA desde Corrientes, filma con su celular.

Cinco minutos después, el movimiento se desata en la parte alta de las escalinatas. Se generan sacudones hacia los costados y hacia abajo, que no llegan a mayores por poco. Por muy poco. Se parece a una tribuna de cancha pero no hay paraavalanchas. 

–¡Aprieten los brazos, aprieten los brazos! –indica un coordinador de Las Fuerzas del Cielo a los jóvenes que se agarran unos a otros para cumplir la orden y no romper el corredor.

Foto: Alan Monzón/Rosario3

La autodenominada guardia pretoriana del presidente se pone a prueba. Ahí viene el líder. Se detiene a agarrar una bandera y las gradas son un remolino. Cuando llega al playón de abajo parece que pasó lo más riesgoso de este caos planificado. Pero, celulares en mano, se lanzan hacia adelante y el cordón se mueve como un acordeón. Ya no hay callejón seguro. Algunos se corren por temor, otros hacen lo contrario: buscan acercarse lo más posible. Una mujer cae y no se levanta. La aplastan.

Dos pibes de violeta la tratan de asistir pero no saben qué hacer. La mujer, de remera blanca, llora en el piso del dolor. La levantan en andas porque no puede caminar y la trasladan a un costado. Llegan dos paramédicos y la asisten. Es la pierna derecha, arriba del tobillo. Se llama Camila. La acompaña una amiga que se agarra la cara de la angustia. Milei grita al son del “panic show a plena luz del día”. Sube al escenario, arenga, se abraza con los candidatos.

–¡Viva la libertad carajo!

–¡Vivaaaa!

Son las 20.35 y el presidente inicia su discurso mientras Camila llora a un costado. Él no se entera de ese dolor.

Foto: Alan Monzón/Rosario3

Estruendo sin choques

 

Tres horas antes, movimientos sociales, sindicales y políticos (entre ellos el Frente de Jubilados en Lucha) inician una concentración para declarar a Milei “persona no grata” en la plaza de la Cooperación de Mitre y Tucumán, conocida como la plaza del Che, por el mural de Ricardo Carpani. Ya esa imagen en la sede elegida marca un abismo con los libertarios. 

Un vallado y un intenso despliegue de fuerzas federales, que por habitual no deja de sorprender, los separa del hotel donde está el presidente, apenas a una cuadra por calle Mitre. 

Foto: Alan Monzón/Rosario3

Son 14 gendarmes. Ahora llegan otros 14. Arman dos hileras a lo largo de la calle. Un agente joven rompe filas y se va hacia atrás. Saca un alicate para ajustar un tornillo del visor del casco que se le cae. Un compañero lo ayuda con un mini destornillador. Entre los dos, lo acomodan. Otros tienen los cascos con marcas de viejas batallas. El jefe de esta cuadrilla, la primera frente a la marcha detrás del vallado, les habla como si tuvieran una misión importante por delante.

–Vamos a avanzar hasta la altura de la moto y ahí nos quedamos con el escudo arriba, el escudo arriba.

Foto: Alan Monzón/Rosario3

Las columnas, no muy numerosas, se preparan para dar la vuelta manzana pero por el otro lado. El dirigente sindical Carlos Ghioldi y Eduardo Delmonte, referente de la CCC, explican a Rosario3 que la marcha hacia el Parque España era para “demostrar la bronca contra las medidas de ajuste y saqueo del presidente, que es enemigo del pueblo trabajador”. Pero, avisan, no van a ir al choque ni caer en (o generar) provocaciones.

Las bombas de estruendo hacen sonar alarmas del auto y algunos vecinos se asoman a los balcones. Pero no hay más tensión que esa y la jornada, a diferencia de otros lugares, no tiene mayores incidentes.

Los motivos del otro león

 

Luciano tiene 48 años y la previa es toda suya. Llega con un disfraz del león de la película Madagascar. Junto a su pareja, Verónica, viajaron desde Zárate, provincia de Buenos Aires. Además de ser referente de la agrupación “La San Martín”, es comerciante y tiene tres hijos. Dice de este momento económico que la lucha como siempre y evalúa como positvos los dos años de gobierno libertario: “Bien, con altibajos, pero Milei cumplió a lo que venía porque bajó la inflación”.

“No nos mintió, nos dijo que iba a costar, que no iba ser fácil”, reconoce sobre las turbulencias en la economía real y la baja en el consumo. Pero aún sostiene que esta gestión lo alejó de sus mayores miedos: “Ser como Cuba, como Venezuela. Yo prefiero la caña y no que me den el pescado. Siempre trabajé”.

Foto: Alan Monzón/Rosario3

Sobre las próximas elecciones, él responde como militante: “Se gana”. Pero ella aclara que en provincia de Buenos Aires “la cosa está dura” y “a nivel nacional, en total, se gana”. “La gente puede estar enojada por la economía pero no es tonta, a este gobierno le falta tiempo, no se resuelve ni en dos ni en cuatro años esta decadencia”, agrega Luciano.

Bajan las escalinatas. Tiene una remera de “Nunca más kirchnerismo”. Se pone la careta del león y no para de sacarse fotos con militantes. La mujer le hace el aguante feliz. Es un papá noel de shopping en la previa a la navidad. El alma de la fiesta en esta espera violeta. 

Insultos sin infusión nacional

 

Milei le hablará en su discurso a los jóvenes, dirá “la mayoría de ustedes son menores de 30 años”. Pero salvo en las distintas agrupaciones que llegan desde Ituzaingó, 3 de Febrero o San Martín de provincia de Buenos Aires, y que se juntaron antes en el Monumento, hay muchos adultos mayores.

La sucesión de escenas compartidas no termina de definir algo homogéneo o quizás sea esa diversidad lo que lo define. Por ejemplo: una mujer levanta una bandera de LLA para bailar libre y divertida como si fuera un Woodstock módico; al lado un hombre vigila a todos con gorra verde, borcegos y una remera negra “in honor to Charlie Kirk”, por el activista pro Donald Trump asesinado en septiembre pasado; una chica joven le habla a un celular mientras transmite en vivo y otro se acaba de poner la remera bordó de la fuerza que lidera el Gordo Dan pero no sabe de qué se trata el símbolo que contiene una cruz, al estilo de una logia, del lado del corazón.

El público podría dividirse en dos. Abajo, en el playón frente al escenario, los militantes, identificados, entusiastas, mayoría de jóvenes que se movilizaron en colectivos y autos desde distintos puntos del país. Hacia arriba, en las escalinatas, adultos mayores, vecinos de Rosario que llegaron caminando. Los organizadores reparten pequeñas banderas argentinas. Hay botellas de agua, gaseosas, pero una rareza, un detalle: no se ven equipos de mate.

Foto: Alan Monzón/Rosario3

Con una clara impronta de recuperar la autoestima perdida, Milei hace su ingreso, habla y arenga. La gente le responde a los pies que va sembrado, como contra la expresidenta Cristina de Kirchner. “Tobillera, Cristina tobillera”, cantan.

Cuando habla de mejoras en la seguridad, ovacionan a la ministra Patricia Bullrich. Menciona a la oposición como la máquina de impedir y todos insultan: “Hijos de puta”. Y después: “La casta tiene miedo”. Santilli, experonista y experimentado dirigente del PRO, mira para el costado, Su cara se destaca, bien detrás del presidente, en las dos pantallas de los laterales del escenario. 

Milei repite datos de dudoso origen, como las 12 millones de personas que su gestión sacó de la pobreza. En el primer semestre de 2025, el Indec informó 31,6% de pobres, el equivalente a 15 millones de argentinos. Comparado con el primer semestre de 2023 (el último que es solo de la gestión de Alberto Fernández, sin la devaluación de diciembre), la reducción es de 8,5 puntos (la medición fue de 40,1%) o unas 3,5 millones de personas menos. Son muchas almas, pero es un cuarto de lo que dice el presidente (sin entrar en el debate de la subvaloración de los servicios en el índice).

A las 21, media hora después del tumulto que derribó a Camila, una persona se descompensa en el público. Ahora sí le avisan a Milei y dos veces pide por un médico.

Algunos reaccionan fuerte contra el gobernador Maximiliano Pullaro (le cantan que “es narco”) pero desde el escenario nadie acompaña. En cambio, cuando Milei califica sin nombrar a Caren Tepp, primera candidata de Fuerza Patria en Santa Fe, de “usurpadora de tierras” que tiene un “objetivo castrochavista”, todos insultan. La variante “antiperonista” o “anticomunista” parece imponerse más que las otras para unir sentimientos negativos. Otros ejes valorados: la baja en la inflación y eliminar los piquetes.

“Les pido que no aflojen”, suplica Milei una y otra vez, enérgico pero menos combativo que en su ascenso a la Casa Rosada. “No aflojen que vamos por el buen camino”, insiste sobre el final. Cierra sin novedad con el “Viva la libertad carajo”. A las 21.15, el acto termina y el presidente se abraza a Karina Milei y a Santilli, los primeros en rodearlo.

Foto: Alan Monzón/Rosario3