El ministro del gobierno autoproclamado de Bolivia, Arturo Murillo, habló este sábado de los muertos en las protestas de Cochabamba y dio a entender que los manifestantes se mataron a entre ellos: "Tenían los ataúdes listos".

Murillo dijo que al menos tres de los muertos "tenían tiros en la nuca" y por ello planteó: "¿Cómo puede ser? ¿El compañero de atrás les estará disparando?".


 
"Hay claras evidencias de lo que está sucediendo, puesto que cuando hubo bajas, que no sabemos cuántas son confirmadas, ya estaban los ataúdes listos", fue una de las polémicas frases que pronunció este sábado el ministro de Gobierno. 

Lo hizo al ofrecer una conferencia de prensa para hablar de las crecientes protestas, en las que al menos nueve personas fallecieron y decenas resultaron heridas.

En consonancia con las denuncias por la falta de libertad de prensa en ese país tras el golpe de Estado contra Evo Morales, el ministro advirtió que "hay medios de comunicación que están haciendo sedición" y reclamó a los medios críticos que "desinformen" en lugar de "informar". No explicó qué autoridad define esa diferencia ni cómo.

Este sábado, la ONU denunció a través de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, un "uso innecesario o desproporcionado de la fuerza" contra manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad en Bolivia.

En concreto se refirió a la muerte de manifestantes (ascenderían a nueve) en la ciudad de Sacaba, Cochabamba, "presuntamente a consecuencia del uso de munición letal por parte de las fuerzas de seguridad".

Además, pidió a las autoridades que se abstengan de emplear a las fuerzas militares en operaciones de orden público, incluyendo durante las protestas.

A contramano de ese pedido de la ONU, la presidenta autoproclamada Jeanine Áñez firmó un decreto para quitarle la “responsabilidad penal” a las Fuerzas Armadas ante las protestas.