Los femicidios de Brenda, Morena y Lara en Florencio Varela expusieron la violencia extrema vinculada al narcotráfico. La socióloga y asesora en temas de narcotráfico y narcomenudeo, Laura Etcharren, analizó el avance del negocio ilícito en el país y advirtió que operan bandas altamente organizadas y sanguinarias.
En diálogo con De boca en boca (Radio 2), la investigadora se refirió al triple crimen con impronta narco. “Nos consternamos pero no nos sorprendemos porque si reducís el abordaje al narco con incautación se va a generar un campo de anomia propicio para que las organizaciones se ramifican en redes, y vas a tener todos esos métodos sanguinarios que se importan de líneas peruanas, paraguayas, mexicanas, colombianas y brasileñas. Las peruanas y paraguayas son las que más operan en el país”, advirtió.
Sobre Tony Janzen Valverde Victoriano, más conocido como "Pequeño J", quien fue detenido en Perú acusado de ser quien ideó y concretó los crímenes, manifestó: “Es un joven que es un hijo de la droga, es la tercera generación tras su abuelo y padre. Ha crecido bajo los patrones narco criminales, sería la cabeza de una red. Es un chico de 23 años pero con una cabeza de un tipo de más de 50”.
Tras destacar que el joven pudo escapar a Perú cruzando la frontera en distintos medios de locomoción sin ser detectado, cuestionó: “Lo que está pasando en Orán y Aguas Blancas en la cara de Gendarmería y de Aduana es absolutamente vergonzoso”.
Para Etcharren “el crimen organizado en los barrios, primero, es un problema de seguridad y además, el crimen organizado viola los derechos humanos” y consideró sobre el despliegue del negocio en el país: “No creo que haya narcos en chancletas, no hay que subestimar nada. Fuimos un país de tránsito en la década del 90 y ya hacia finales de esa década el país se estaba configurando como un país productor”.
“Fuimos reproduciendo lo peor de otros modelos con nuestras características, con el color local de su propio delito, somos un país en el que todo lo que baja de la hidrovía que es un enclave federal del narcotráfico queda”, continuó y añadió: “El narcotráfico fue un trabajo esencial que nunca dejó de operar. Cuando vienen los barcos con banderas de otros países van parando en los puertos y lo que traen vinculado con el narcotráfico va quedando”.
La asesora aseguró que “ya somos un país en el que hay producción, especialmente sintética que es más fácil de producir, de camuflar, no necesitás negociar con los productores de las materias primas y ya tenés organizaciones criminales absolutamente sanguinarias”, dijo.
“Tenés gente del primer comando capital, del comando vermelho, las líneas paraguayas, peruanas, mexicanas, colombianas. Los que operan de forma golondrina, los que operan de forma constante que tiene procesos de territorialización”, detalló y determinó: “Lo del país de paso ya quedó atrás hace tiempo”.
En cuanto a las causas de este avance, la profesional destacó: “Estas chicas han subestimado en donde estaban porque eran pichonas, no sabían en donde estaban. Jamás pensaron que estaban en manos de gente con este nivel de perversión y barbarie. El crimen organizado creció y se empoderó en Argentina en detrimento de un desintegración absoluta del tejido social”.
Sobre la forma de frenarlo, la especialista confió: “La política reactiva no soluciona el tema. Tenemos un ejecutivo nacional imprudente que se jacta y esto termina con que te plantan un muerto”. Y concluyó que el “abordaje tiene que ser subterráneo como se está haciendo en Santa Fe”.