Carlos es un hombre de 72 años que por una mielitis transversa se encuentra parapléjico de la cintura para abajo, por lo cual se moviliza en silla de ruedas y realiza rehabilitación cada mañana en un centro de salud. Pero el pasado viernes se encontró con el sorpresivo panorama de no poder salir de su propia vivienda por un arreglo de cañerías en la vereda, donde fue picado el pavimento y quedó embarrado el ingreso.
A pesar de que realizó un reclamo al 147 municipal, al momento no hubo soluciones a la vista, y su mujer improvisó una tarima para que pueda salir de su vivienda en La paz al 1100, para que cumpla con sus turnos de rehabilitación.
En diálogo con Telenoche (El Tres), Carlos recordó: “Voy todas las mañanas a la rehabilitación, y el viernes me encontré con la sorpresa de este hueco inmenso donde era la vereda. La hicieron porque se rompieron los caños que conectan con la cloaca, que eran de cerámico, y según decían se estaba hundiendo la calle”.
Luego recordó: “El señor del transporte que me busca siempre y dos obreros me alzaron. Uno de ellos se resbaló con el barro y casi nos caemos todos juntos. Y no pude salir más hasta hoy, que mi esposa puso esas maderas para que pueda pasar con la silla de ruedas”.
En el teléfono de Control municipal le tomaron el reclamo, pero aseguró que fue “después de llamar durante un día entero. Me dijeron que iban a tomar contacto con los responsables para responder de inmediato. Y en los hechos no hubo solución. Con estas maderas pude salir, y con la ayuda del señor que me lleva a la rehabilitación. Les dije que iba a denunciarlos por abandono de persona”.