Hay algo que todos los individuos del mundo comparten más allá del lugar en que vivan, la edad o el género, y es la posibilidad de soñar. Están quienes dicen acordarse cada detalle, una parte y también aquellos que afirman no haber soñado nada en días, tal vez meses. Pero en los sueños, como en los actos fallidos no se desprecia ninguna de las manifestaciones psíquicas por considerarlas insignificantes: lo psíquico se expresa en cada detalle y manifestación. Según la teoría Freudiana los sueños son realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos.

“A este sueño me lo acuerdo muy poco porque fue a principios del inicio de la cuarentena. Yo vivo en un edificio y veía por la ventana como se venía el mundo abajo, todo se desmoronaba, había humo y fuego por todos lados. Pero después miro por otra ventana al otro lado, donde estaba todo verde, había un lago y un león que nos quería comer”, le cuenta un joven de 20 años a las investigadoras de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) de Psicología. Otra persona soñó que se encontraba acostada y se le paralizaba la mitad del cuerpo y la cara. Una mujer de 71 años les relata que se recuerda tomando mates en su casa con su mamá y su hermano (ambos fallecidos), entre ellos se hablaban pero ella no participaba de la conversación, estaba ausente.

Estos son solo algunos de los más de 200 sueños que integran la investigación sobre "Elaboraciones oníricas en situaciones totalitarias" que con la irrupción de la pandemia tomó el rumbo de "Elaboraciones oníricas en tiempos de pandemia," coordinada por las doctoras Soledad Nívoliy Lucía Brienza y las psicólogas Flavia Castro y Victoria Farruggia. Dicha investigación tiene como comienzo la traducción del libro de la periodista, Charlotte Beradt quien confeccionó un archivo onírico durante los primeros años del nazismo en Alemania. Trabajo que llevaron adelante Nívoli y Leandro Levi, ambos docentes de la facultad de Psicología de la UNR, impulsados desde el CEPE (Centro de Estudios Periferia Epistemológica) que funciona en la facultad. A fines de 2019 finalmente se publica la versión en español del libro “El Tercer Reich de los sueños”, en Santiago de Chile. 

“Beradt nos invita a pensar cómo la esfera pública y la atmósfera social pueden afectar lo onírico, y nosotras aceptamos esa invitación” afirma la psicoanalista Flavia Castro. Comenzaron entonces a recolectar material onírico entre sus amigos y familiares, y luego hicieron extensiva la invitación mediante redes sociales, logrando incluso tomar ejemplos de sueños de personas que actualmente viven en el extranjero. “Se encendió la máquina de soñar”, confió.

¿Pueden los sueños contar lo que se está viviendo socialmente? 


Los primeros 15 días de aislamiento parecen lejanos pero lo cierto es que marcó un antes y un después en la vida de todos. Cómo olvidar la ansiedad que generaba no saber qué estaba pasando, estar más tiempo en casa, sumado al excesivo consumo de los medios de comunicación, la desesperación por encontrar una cura o al menos una salida rápida, los planes que se iban desmoronando, las muertes en aumento, el miedo y la angustia. Todo cambió tanto que incluso se modificó el contenido onírico. Los sueños empezaron a transformarse en un reflejo del afuera. 

Guardapolvos blancos, jeringas, aglomeraciones, reencuentros, e incluso otros que de manera indirecta remiten a la pandemia, como los sueños de evasión. El archivo crecía. Más personas sentían la necesidad de poner en palabras lo que soñaban en los primeros meses de cuarentena. Y es en este momento que entra en escena la tesis del historiador alemán Reinhart Koselleck, quien afirma que los sueños pueden constituirse como una fuente válida para los historiadores. Es decir, las producciones oníricas pueden esclarecer un momento histórico determinado de la humanidad. Y la pandemia actual es uno de esos momentos que merece ser contado, estudiado y recordado. 

Tras analizar en conjunto el archivo, las profesionales optaron por dividir el contenido onírico en 11 capítulos: Evasión – Aglomeraciones – Desamparo – Encierro – Impotencia – Prohibiciones – Naturaleza – Bebés – Apariciones – Coronavirus – Peligro. 

“Es importante mencionar que somos una comunidad de soñantes”, dice Flavia. Y trae a escena el trabajo de Avishai Margalit, filósofo israelí, quien hace una distinción entre "recuerdo en común": que han vivido muchos individuos de una sociedad, es decir la sumatoria de recuerdos individuales. Y el “recuerdo compartido” que se caracteriza por su entendimiento y necesita de la ayuda de los archivos, de las instituciones, para poder ser conservado en su dimensión social. “En este sentido, la apuesta que se abre con la confección de un archivo onírico de estas características es contribuir a esa memoria colectiva, en tanto cada soñante que ha recordado su sueño, lo escribió y compartió, sea parte fundamental en la elaboración de ese recuerdo compartido”, agrega. 

En la actualidad las investigadoras están escribiendo los capítulos que conformarán el libro "La pandemia de los sueños" junto a Florencia Harraca, Soledad Secci y Julián Varela. Lo que se vivó durante el 2020 y se perpetúa en la actualidad quedó registrado en imágenes, videos, audios y vivencias personales, pero también dejó huellas en los sueños de cada persona y serán ellos las encargados de contar cómo se ve la pandemia del covid-19 cuando cerras los ojos y te dormís.